Apostemos: después de leer esta nota, decinos si le creés al gerente de Tragamonedas

En Twitter: @FriasAle
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La hipótesis es la siguiente: cuando sólo había un casino, la ganancia derivada del juego era sólo para él, pero luego, cuando aparecieron los casinos privados, ya no era tan redituable el negocio, entonces apareció la idea de renegociar los porcentajes de ganancia para los operadores privados de los tragamonedas. Sin embargo, los números no parecen indicar esto, porque si bien el casino oficial ha perdido porcentualmente "clientes", no es cierto que ingrese menos dinero, porque la cantidad de apostadores se ha incrementado.
En definitiva, la renegociación no hubiera sido necesaria, o al menos no por los porcentajes en que se hizo, por los cuales se prevén que el operador recibirá, tras la tercera etapa que estipulaba la renegociación, el 47 por ciento de las ganancias por cada máquina.
Ayer, el gerente de Tragamonedas y Bingos del Instituto Provincial de Juegos y Casinos (IPJC), Ricardo Figueroa Rodríguez, fue recibido en la Legislatura por los integrantes de la Comisión Especial de Juegos y Casinos, presidida por Ricardo Pettignano, del Eje Peronista, para tratar de echar luces sobre la renegociación de los tragamonedas.
Figueroa Rodríguez, secundado por otros integrantes de la gerencia que conduce, intentó responder a las preguntas que los legisladores le realizaban, pero, luego de casi dos horas de exposición, no fueron muchos los detalles que pudo aportar. Por el contrario, poco pudo aclararse.
Figueroa Rodríguez, secundado por otros integrantes de la gerencia que conduce, intentó responder a las preguntas que los legisladores.
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¿Una renegociación innecesaria?
Con la irrupción de los casinos privados en la provincia, un informe elaborado por la gerencia conducida por Figueroa Rodríguez destacaba que el Casino de Mendoza perdería clientela y, con ello, dinero.
Esta parecería una ecuación elemental y, de hecho, tal proyección fue la que impulsó la renegociación de los tragamonedas con Mendoza Central, la empresa operadora, que en una tercera etapa comenzará a recibir el 47 por ciento de la ganancia por máquina.
Sin embargo, cuando se indaga en los resultados, se percibe que, aunque el porcentaje de jugadores no es el mismo, sino inferior, la pérdida de dinero no ha sido tal, lo que, indudablemente, no justifica la renegociación.
¿Cómo es posible esto?
Si consideramos que al momento de la aparición de los casinos privados el mercado del juego en Mendoza era exclusividad del Casino provincial, a simple vista se desprende que este perdería clientes, en la medida en que más salas se tendrían que repartir la población jugadora.
Pero acá es cuando entran a jugar otras variables que pudieron ser previstas pero que no están del todo claras en el informe.
Por un lado, si bien el porcentaje de jugadores en el Casino de Mendoza se redujo porque estos asisten también a los privados, también sucede que la masa de apostadores se incrementó, y en esto influyen tanto la publicidad como el hecho de que hay más accesibilidad.
Por otro lado, la implementación del sistema TITO (ticket-in ticket-out), mediante el cual se usa una oblea para jugar y no monedas, y las nuevas tecnologías en los tragamonedas aceleran los tiempos de juego y, por lo tanto, de ganancias.
En definitiva, se redujo el porcentaje de jugadores pero la variación en la cantidad no es significativa, a la vez que los casinos ganan dinero más rápido, o mejor, los apostadores lo pierden más vertiginosamente.
Entonces, se vuelve a lo mismo: la renegociación del contrato no tenía motivos para elevar el porcentaje de ganancias del operador al 47 por ciento, en tanto el rédito para los operadores sigue estando en los niveles previos a todo esto y hasta se ha incrementado.
Sobre este punto, Figueroa Rodríguez no pudo aclarar mucho, aunque sí se esforzó en dejar en claro que el informe originado desde su gerencia no sugería explícitamente que se renegociara el contrato, aunque tal vez sí se hacía tácitamente.
¿Y qué pasa con el cumplimiento de los contratos?
Según dejó en claro Figueroa Rodríguez (y lo repitió un par de veces), ninguno de los operadores de los cinco casinos oficiales cumple con lo establecido en los contratos.
Los cuatro del interior de la provincia, porque en ellos no han sido renovadas las máquinas, mientras que el de la sucursal central, de San Martín y Brasil, porque las condiciones para considerar que la segunda etapa de la renegociación está concluida no han sido finalizadas, como lo denunció Martín Caín, de la Unión Personal de Juegos y Casinos de Mendoza (UPJCM). A esto hay que agregarle que Figueroa Rodríguez aseguró que los cinco casinos no cuentan con el total de sus máquinas homologadas.
En definitiva, como lo sostuvo el gerente de Tragamonedas y Bingos, "ninguno de los cinco casinos ha cumplido con los tiempos del contrato", lo que daría pie a la caída de todos los acuerdos.
Por último, es necesario destacar que sólo la sede central del Casino de Mendoza ha renegociado el contrato con el operador elevando tan significativamente el porcentaje de ganancias de este, ya que las sedes del Este y del Sur no tuvieron mejoras significativas. Y también es preciso aclarar que estos contratos, los del interior de la provincia, prevén porcentajes de ganancias de más del 45 por ciento en todos los casos, pero esto se debe a que la situación es distinta, ya que debe hacerse responsable de más erogaciones en personal y mantenimiento.
Al final, el pasaje de Figueroa Rodríguez por la Legislatura, antes que despejar duda, dejó flotando otras.