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Inteligencia criminal: para qué sirve y para qué debería servir

El ex director de Inteligencia Criminal de la provincia, que se fue pegando un portazo en disconformidad con el manejo del Ministerio de Seguridad, se anima aquí a analizar para qué sirve y para qué debería servir esa área.
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La denominada Inteligencia Criminal es un proceso riguroso de obtención de datos para la acción policial, esto es, para lograr la efectividad y eficacia en el actuar de las fuerzas del orden.  El tema cobra vida apenas uno se encuentra ante una realidad  en principio criminal y donde normalmente desde el punto de vista ciudadano opera aquella sensación que podría expresarse en la frase “la Policía sabe quiénes son los delincuentes”. Pues bien, ese saber quiénes son los delincuentes no es tarea facil, debe ser precisa, clara, y real, sino la mera sospecha sin más recaudos puede convertir en un desperdicio toda la actividad policial. En otras palabras, no es lo mismo suponer que tal persona comete delitos, a saberlo realmente. En uno u otro transita una eficiente gestión policial,  y la tranquilidad y el dinero de los contribuyentes.

 Doy un ejemplo: suponga que usted escucha a sus conocidos decir que en determinado lugar se vende droga. La acción deseada es que se intervenga en el domicilio donde se vende la droga  y se detenga a sus autores. Esto implica solicitar a un juez una orden de allanamiento. Ahora bien, para esto se debe  convencer de esa  realidad al juez y además honrar el dinero estatal haciendo eficaz la gestión policial –un allanamiento, por ejemplo, demanda una gran cantidad de horas hombre, y no es repetible con éxito-, así que deberá saberse previamente si en ese lugar efectivamente se vende drogas y quiénes son los vendedores; para ello deberá establecerse una guardia oculta y recabar datos, sacar fotos, comparar con archivos para ver si hay elementos anteriores que nos den información, determinar quién compra, quién vende y quién transporta, saber cuándo se encuentra la droga en el lugar –sino no hay delito; muchas veces la droga se guarda en otro lugar, para el que se necesita otro allanamiento, distinto-; descubrir si es una banda organizada, determinar cuándo se encuentran todos en el mismo lugar o si hay que hacer otros allanamientos, etc. etc, y cuantos más detalles se consiga, mejor, porque de ese modo no se desperdiciará la acción policial ni la judicial, se solicitará el allanamiento y la intervención disminuirá el riesgo del error. 

  Para esta efectividad no basta con simplemente ir a averiguar, se requiere un sistema organizado detrás, sino la información obtenida se pierde y no sirve para la acción. El Sistema de Inteligencia, ideado por los EEUU durante la Segunda Guerra Mundial y seguido por todos los países, se compone de dos partes fundamentales: una, denominada Análisis y otra, Reunión. La División Análisis es el cerebro del sistema: allí es donde se pule, verifica y guarda ordenamente la información proveniente de todas las fuentes posibles: web, diarios, libros, archivos, etc, pero sobre todo de la información precisa y obtenida en los lugares de observación por el otro sector: Reunión. Este último está conformado por el personal que, a través de la constatación directa y discreta, recaba los datos sobre una petición de la otra sección. Así, sus miembros on los que personalmente se dirigen a observar un domicilio, tomar fotos, anotar, grabar, etc.; están en la calle vigilando, desapercibidos.

Ese es el sistema como tal, y ese proceso (Análisis-Reunión) puede aplicarse a diversas áreas del conocimiento del delito, en variados órdenes. Dado que el fin de Inteligencia es convertirse en una especie de memoria dinámica de la realidad delictual, donde cada oficina policial y ministerial pueda solicitar información para ser efectiva en la acción, se requiere para su instalación el personal especializado –en la provincia puede ser tanto policial como civil-, una importante inversión en software y la evitación de tareas coyunturales, como la de investigar delitos cometidos en el día. Precisamente allí es donde de la búsqueda, recopilación y comprensión de los hechos y la materia delictual  es que se puede obtener información pulida, refinada, precisa, y esto requiere un tiempo y elaboración que la mayor parte de las veces excede la búsqueda inmediata del delito, tarea de otras importantes áreas policiales.
 Como el sistema es muy efectivo para la obtención de datos, es que pueden contarse diversos cometidos donde Inteligencia puede dar gran respuesta a la lucha contra el delito.

Puede identificar formas  y lugares de inseguridad con precisión con lo que puede dar recomendaciones a otros sectores; el ingreso y egreso de delincuentes y factores de peligrosidad en la provincia,  cuestión que ocurre a diario y que significa en la práctica saber si la Policía  debe por ejemplo seguir o no buscando a alguien con lo que se ahorran valiosos recursos; puede descubrir actividades legales que tapan las ilegales;  encontrar nuevas formas delictuales normalmente ocultas; hacer mapa de los llamados “aguantaderos” y lugares de reunión de bandas y zonas de influencia; puede determinar modus operandi y establecer relaciones entre hechos y bandas y con ello ayudar a la Justicia –en el plan que presenté para la provincia hay un capítulo expresamente dedicado a información efectiva para la actividad de los fiscales en la investigación y en el debate oral-; puede descubrir situaciones de vulnerabilidad en la ciudadanía y dar la sugerencia de cambios para evitar el delito; es la oficina adecuada como para que emita información sobre por ejemplo desarmaderos y el mercado ilegal de autopartes –no confundir esto con atrapar a dichos delincuentes, que corresponde espefícamente a otra sección-; en realidad todo ámbito del enorme predio delictual de la provincia es materia de conocimiento de Inteligencia. Basta que se destine allí una petición de datos por parte de la autoridad (Ministro, Gobernador), y mediante el sistema explicado y el tiempo necesario para ello, Inteligencia proveerá la información.  

Puede el lector sospechar que el sistema puede corromperse, como podría decirse que ocurre en la Nación a juzgar por las denuncias que hay contra la ex SIDE, pero acá hay algunos elementos distintivos importantes. Uno, la conciencia de sano servicio de la mayoría de su personal, especialmente elegido. Segundo, el plan anual de actividades y el control permanente sobre la Dirección de Inteligencia Criminal como establece el decreto de creación 1250 (art. 3, inc. 8: la Bicameral), a la altura de las democracias mundiales, aunque cabe aclarar que dicho control normalmente la Legislatura no lo ejerce, y sería muy necesario, atento que la mirada puesta allí implicaría mayor puesta en escena de una división policial que en una provincia como la nuestra, su actividad de respaldo de las otras áreas de la seguridad es absolutamente esencial.