"Era lo que estaba esperando la ciudadanía de nosotros", justificó el vicegobernador. La norma establece que una persona acusada por dos o más delitos cometidos en distintas oportunidades, deberá permanecer detenida hasta que sea juzgada. Se prevén planteos de inconstitucionalidad.
Por amplia mayoría, el Senado concretó sobre la 13 de hoy el primer objetivo de Celso Jaque plasmado en su Acuerdo Social por la Seguridad: endurecer las exigencias de las excarcelaciones para personas acusadas de cometer delitos.
De ahora en más quien haya sido acusado de dos transgresiones penales tendrá que quedar preso hasta que se lo juzgue por estas imputaciones. Con esto se pretende desvirtuar el adagio popular de que los delincuentes comunes cada vez que son atrapados "entran por una puerta y salen por otra".
"Era lo que estaba esperando la ciudadanía de nosotros. Cumplimos con nuestra función que era darle la herramienta al Poder Judicial contra la inseguridad porque los mendocinos no damos más con este problema", declaró el vicegobernador Cristian Racconto que luego de la votación salió del recinto acompañado por el senador justicialista Miguel Serralta.
En ese clima triunfalista del PJ y de resignación opositora, Racconto lanzó una admonición apelando al libreto jaquista de este último tiempo: "Con estas medidas vamos a ser los garantes del principal derecho humano que es el derecho a la vida".
Las dudas sobre la constitucionalidad de la ley aprobada no fueron impedimento para que los senadores avalaran la iniciativa oficialista y a la vez endurecieron su posición contra los dichos del presidente de la Corte local, Jorge Nanclares quien advirtió de la posible inconstitucionalidad de la regla modificada.
Giordano contra los pactos
“Los pactos internacionales incluidos en el año 94 (por la reforma de la Constitución Nacional) para lo único que han servido es para darle más inseguridad de los mendocinos”, así cerró su discurso legislativo el senador demócrata Aldo Giordano.
Semejante afirmación llamó la atención de los periodistas parlamentarios que esperaron que algún legislador retrucara esos argumentos. Pero este contrapunto de posturas nunca se produjo.
Ese silencio fue el reflejo de que el debate de ideas fue el gran ausente en la sesión de la Cámara alta, y en cambio, la abulia legislativa generalizada contrastó con la importancia de la problemática abordada como es la inseguridad.