Aniversario del horror

El motín vendimial: máxima tensión en el corazón de la fiesta madre

El motín vendimial estalló en 2000 en la cárcel de Boulogne Sur Mer, cuando los detenidos tomaron a 20 rehenes entre agentes y civiles. Ocurrió en medio de los festejos vendimiales.

Cristian Minich
Cristian Minich domingo, 3 de marzo de 2024 · 09:10 hs
El motín vendimial: máxima tensión en el corazón de la fiesta madre
La cárcel de Boulogne Sur Mer fue el lugar donde se desarrolló el motín vendimial Foto: Archivo MDZ

Hace 24 años, todo estaba preparado para vivir la fiesta madre de los mendocinos. Incluso en la cárcel de Boulogne Sur Mer, donde se iban a presentar grupos folklóricos, en un evento que comenzaba a ser tradición en época de vendimia. Sin embargo, todo se complicó. Cumpliendo con la premisa de que “el show debe continuar”, los actos vendimiales se desarrollaron en un clima de máxima tensión, y en paralelo con el motín con toma de rehenes que ocurría en el complejo penitenciario.

El episodio comenzó el viernes 3 de marzo de 2000. Mientras que la provincia estaba sumida en un ambiente festivo para honrar el trabajo de los vitivinicultores, en el penal se orquestaba el plan de huida de los reos, que habrían gozado de la connivencia de agentes que tenían el objetivo de desbancar al director de la cárcel, Alejandro Espeche.

Los primeros tiros se escucharon cerca de las 21, a pocas cuadras del recorrido de las reinas por la Vía Blanca. Fueron disparos que generaron pánico y confusión por parte de los reclusos. De esa forma, tomaron el control del penal y a 20 personas como rehenes, entre los que se contaban 9 penitenciarios, 10 civiles y un niño de 10 años.

Tensión en el penal y la visita de Fernando De La Rúa

Los amotinados tomaron el control de los pabellones centrales y generaron un escenario de alta tensión. La respuesta de las fuerzas policiales de la provincia fue casi inmediata, al tiempo que el operativo se reforzó al día siguiente con la llegada de 225 gendarmes desde Buenos Aires.

Y para agregar más dramatismo, se produjo la visita de Fernando De La Rúa. En ese contexto, el presidente apenas participó de un Carrusel en el que la seguridad brillaba por su ausencia, ya que la gran mayoría de los efectivos estaban abocados a la situación de Boulogne Sur Mer.

Claro está que el gobierno de la Alianza no iba a estar signado por la calma. Poco después, se aprobaría la Reforma Laboral y estallaría el escándalo del pago de coimas en el Senado que culminaría con la renuncia del vicepresidente Carlos Chacho Álvarez. El final de aquel gobierno es historia conocida.

Por otra parte, además de la intervención del Cuerpo de Infantería, se produjo la primera participación del Grupo Gris (Grupo de Resoluciones de Incidentes con Secuestros), una fuerza especial de la policía local preparada para situaciones con toma de rehenes que había recibido preparación en los Estados Unidos.

Poco a poco, las máximas autoridades en materia de seguridad comenzaron a entablar diálogo y se empezaron a conocer las exigencias de los presos y los nombres de los cabecillas. Además de mejoras en las condiciones carcelarias, en un establecimiento preparado para 560 personas y que tenía unos 1.500 detenidos, quienes asumieron un rol de liderazgo pidieron vehículos, ametralladoras y chalecos antibalas para huir.

Negociaciones bajo presión

El chileno Humberto Fraile, el cordobés Savorolowsky y el Pulpo Miguel Ángel Barloa fueron algunos de los reclusos que llevaron a cabo las negociaciones con la Policía y con el subsecretario de Seguridad, Alejandro Salomón, quien tuvo un papel clave. Sin embargo, la primera propuesta que llevaron a sus compañeros de cárcel no fue bien recibida y se incrementó la hostilidad. Así, hacia la noche del sábado, fueron incendiadas muchas de las instalaciones de Boulogne Sur Mer, como por ejemplo la capilla.    

El diálogo comenzó a encaminarse cuando se garantizó a los rebeldes que habría mejoras en el sistema carcelario, en la atención médica y en el régimen de visitas, entre otras cuestiones. También, uno de los pedidos principales fue que se asegurara el traslado de los cabecillas a otras cárceles para evitar que fueran víctimas del enojo de otros presos por las disidencias en el manejo de la situación. Por otra parte, los detenidos vislumbraron que la fuga había dejado de ser una posibilidad.

Finalmente, todos los rehenes fueron liberados y no hubo víctimas fatales que lamentar, aunque algunos penitenciarios tenían signos de haber sido víctimas de maltratos.

En ese contexto, la representante de General Alvear, Carina Claudia Guerrero, era coronada Reina Nacional de la Vendimia tras el Acto Central, en una fiesta denominada “En el vino del tiempo”, dirigida por Pedro Marabini y con libreto de Eva Mónica Colman.

Condenados, liberados y un asesino serial

Concluido el motín, los cabecillas fueron trasladados a otras cárceles. Sin embargo, como suele suceder en acontecimientos de este tipo, quedaron heridas abiertas entre los detenidos que corrieron otra suerte. Y, posiblemente, también por parte de algunos penitenciarios.  

Así, cuando comenzó el juicio en 2005, quedó demostrado que el motín había dejado secuelas y que, en el ámbito carcelario, ciertas actitudes se pagan con la muerte.

De los 11 reos líderes, fueron enjuiciados solo dos: Fraile quedó absuelto y Barloa recibió una pena de 6 años de prisión. Por otra parte, mientras que 5 de aquellos presos quedaron desligados de la causa, otros cuatro tenían que presentarse a declarar, pero fueron asesinados.

Por ejemplo, Diego Ferranti y Gerardo Gómez, que habían sido llevados desde Neuquén hasta la cárcel de Boulogne Sur Mer en 2006 para que comparecieran en la causa, fueron víctimas de uno de los mayores asesinos seriales de la historia provincial: Diego Roberto Casanova, más conocido como el Gordo Picurú o el Matapresos. El criminal actuó junto con otros sujetos que aguardaban por venganza y sus víctimas terminaron envueltas en frazadas y muertas a puñaladas en un pasillo del pabellón número 16.

El Gordo Picurú cuenta en su haber con el triste récord de haber cometido 6 asesinatos, al igual que Matías Cerón, alias El Morocha. Además, el segundo apodo de Casanova se debe a que cinco de sus víctimas fueron otros detenidos.

Pasado y presente del motín: el Protocolo Vendimia

El motín vendimial es el antecedente más oscuro relacionado con la celebración mayor de los mendocinos. Por eso, más allá del recuerdo como hecho de relevancia en el contexto político y social del país, y en el marco de los festejos en aquel año, también es una alerta vigente para que no vuelva a ocurrir un hecho de tal violencia y magnitud.

Además, desde entonces se han tomado cartas en el asunto y el Protocolo Vendimia está vigente para que la fiesta se pueda disfrutar desde cada rincón de Mendoza. Por ejemplo, durante estas fechas queda prohibida cualquier actividad especial para todo el sistema carcelario, al tiempo que se intensifican los operativos de seguridad.

Ahora, Mendoza coronó a una nueva Reina Nacional de la Vendimia. Agostina Jazmín Saua Carrión hizo historia al convertirse en la primera ganadora del cetro Nacional por la Ciudad de Mendoza y el Teatro Griego Frank Romero Day vivió su noche llena de color, de música y de emociones. En cambio, el motín vendimial ha quedado en el pasado, pero en la memoria y para la seguridad es presente.

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