Salvaba gatos de la calle para matarlos de hambre en su propia casa

Todos tienen en mente el estereotipo de la señora que les da de comer a los gatos en una plaza. Cheryn Smilen (56) parecía una de esas personas de buen corazón. Rescataba animales de la calle, pero lo que hacía luego marcaba la diferencia: los llevaba a su casa para que murieran de una forma horripilante por falta de agua y alimento.

Tal es así que en su domicilio encontraron animales muertos, y los que estaban vivos sufrían un grave cuadro de desnutrición. Alrededor, los huesos y pelos cubrían el piso. 

Tras ser descubierta, Cheryn admitió su culpa. Se la condenó a un año de prisión por crueldad animal, pena que será seguida por un largo periodo en libertad condicional. Y no podrá adoptar mascotas, claro. "Tiene que mantenerse alejada de las organizaciones dedicadas al rescate de animales", le avisó el juez del circuito judicial de Miami-Dade, Alberto Milian, en la audiencia que se concretó ayer. 

Qué hacía

Todavía no se sabe a ciencia cierta qué es lo que la señora hacía con los gatos. Los vecinos detectaban olores nauseabundos y escuchaban los maullidos desesperados de sus víctimas.

"Eran montañas de gatos muertos"

Cuando la Policía ingresó al departamento, encontró que había cadáveres de felinos a medio desmembrar: famélicos, los otros gatos se los habían comido.  

Y la mayoría de los cadáveres estaba en una pequeña habitación que los acusadores describieron como "una cámara de tortura", por el calor y el hacinamiento que había. "Eran montañas de gatos muertos sobre gatos muertos", señaló uno de los primeros efectivos que entró al lugar.

Paradójicamente, Smilen era miembro voluntaria de varias organizaciones de rescate animal del sur de Florida.