Fútbol

Fútbol más educación

Aldo Bolado, reconocido entrenador de fútbol mendocino, establece un vínculo entre fútbol y educación en este trabajo que vale la pena repasar.

domingo, 17 de marzo de 2019 · 12:30 hs

El fútbol es un instrumento a desarrollar en la sociedad, pues es extendida su práctica por todos los ciudadanos desde pequeños, lo que junto al sentir popular hacia el equipo nacional y los equipos locales de pertenencia, generan un movimiento social que permiten sostener, sin lugar a dudas, que el fútbol constituye una expresión cultural de la Argentina.

Su popularidad provoca un alto impacto social que debe ser utilizado como instrumento de cambios, pues puede constituirse en un vehículo de crecimiento no solo deportivo sino también, personal. De lo que hay muestras acabadas si observamos la evolución de los casos de jugadores insertos en clubes de nivel internacional, originarios de distintos pueblos del interior del país.

El fútbol infantil tiene dos objetivos muy marcados: uno es educativo y el otro es lúdico. Los padres deben tener en claro que cuando vinculamos a nuestros hijos al futbol, lo vinculamos a la educación y a lo social. Vale decir que hay componentes de aprendizaje que traspasan lo técnico, lo táctico, y lo físico. Esos componentes tienen que ver con los valores que se aprenden cuando participa en un equipo, donde el origen o condición socio económica no lo discrimina, pues dentro del campo o en un camarín todos están en las mismas condiciones, tanto compañeros y rivales. Esta experiencia se vuelca a la sociedad: el futbol siempre ve a todos iguales; un valor fundamental de desarrollo social.

Si bien, en la etapa formativa del niño el acompañamiento de sus padres resulta ser un pilar fundamental, a la vez, que estimula la cohesión familiar. Lo cierto es que hay un actor dentro del fútbol que es clave en la vida de un jugador, su entrenador. De ahí la necesidad de destacar que el entrenador debe tener una preparación muy sólida para poder educar, conociendo la influencia que ejerce sobre el jugador con sus palabras y actitudes, algunas de las cuales, seguramente, lo acompañarán toda la vida.

Por eso es que el entrenador debe saber y tender a que la formación del futbolista esté integrada con lo técnico, táctico, físico y psicológico (deportivo) e impartir valores sociales, como el respeto por el rival y con los árbitros, desarrollo de la voluntad, honestidad deportiva, solidaridad con sus compañeros etc. (social). Dos componentes básicos en la formación del jugador, Esto es educar con el fútbol.

Este aspecto resulta crucial, si tenemos en cuenta que la estadística permite afirmar que del 100 por ciento de los chicos de determinada categoría que ingresa al futbol solo el 10 por ciento llega al futbol profesional; mientras que el otro 90 por ciento solo pasa por el deporte; dato significativo para acentuar el desarrollo del plano educativo y formativo en la práctica de este deporte popular.

Hoy el fútbol puede traer muchas soluciones a una sociedad convulsionada, si logramos contar con entrenadores y formadores que comprendan que son un instrumento de cambio social y en cada práctica inculquen valores sociales que enriquezcan a cada jugador.

Esa ha sido mi propia experiencia. A lo largo de mi vida, desde niño me fui construyendo personalmente dentro del club, en la cancha y en el camarín, de la mano de mis entrenadores, es por eso que mi compromiso es con el fútbol + educación.