El tardío reconocimiento de la Corte

El presidente de la Corte Suprema de la Nación, Carlos Rosenkrantz, dijo que la justicia tiene un problema de legitimidad. Más que un descubrimiento fue un reconocimiento; una lánguida declaración descriptiva de lo que la ciudadanía percibe desde hace tiempo.

Los tres poderes de la república son importantes. Pero el Poder Judicial lo es más por su rol de garante de las libertades; es el último colchón que tiene cualquier persona para acudir.

La falta de legitimidad tiene entre sus raíces la enorme distancia entre la casta de jueces y la ciudadanía. La idea de “palacio”, los estrados altos, los privilegios salariales, los choferes que usan para movilizarse, las vacaciones extendidas y varios etcéteras más.

Pero ese es solo el comienzo de los problemas de un Poder Judicial está en problemas porque en su proceso de cambio no puede aislarse del contexto en el que hace su tarea, pero mucho menos alejarse de la ley. A nivel nacional ya no hay casi velos que cubran la podredumbre. 

En Mendoza la situación no es muy distinta. Sí se hicieron reformas que buscan cambiar esa impronta: escuchar y ponderar la visión de las víctimas en los procesos penales, acortar los tiempos en las causas penales y civiles; modernizar la gestión, son algunas de las medidas que apuntan a acercar a la justicia. Pero hay problemas de raíz que se mantienen, sobre todo en la cúpula. Uno de ellos es la notoria intervención de otros poderes sobre cúpula judicial. La falla de origen está en el proceso de nombramiento de los jueces de la Corte (que es distinto al del resto de los jueces) y también en el control político que tienen todos los magistrados.

Cualquier estrategia de poder, no puede obviar en Argentina y en Mendoza tener una red capilar dentro del Poder Judicial. El que lo niegue, miente. Esa es una de las explicaciones sobra las investigaciones contracíclicas que ocurren. Mientras más lejos del poder se está, más vulnerable será una persona. 

La reconstrucción de la legitimidad difícilmente se logre con anabólicos y sobreactuaciones. Las herramientas para ejecutar ese proceso ya están a la mano y son los códigos; el diario ejercicio de la tarea de administrar justicia.