Vitivinicultura

Vendimia empresaria: el valor de una mano en el hombro

En momentos de crisis e incertidumbre por la economía, Mendoza recibió en los eventos de negocios vinculados a al fiesta máxima respaldos que, aunque simbólicos, valen... y mucho.

domingo, 10 de marzo de 2019 · 10:36 hs

Los eventos del calendario empresario de Vendimia dejaron un balance positivo para Mendoza en lo simbólico, lo cual no es poco en momentos de crisis económica e incertidumbre a nivel nacional.

El Foro de Inversiones organizado por el Consejo Empresario Mendocino fue una muestra cabal de esto. Con la economía en recesión, el riesgo país en sube y baja en la barrera de los 800 puntos, y una expectativa de inflación ya 9 puntos por sobre la estimada para todo el año (31,9% del mercado contra 23% del Presupuesto) resultaría al menos ingenuo pensar en la llegada inmediata de capitales, al menos al sector productivo. Sin embargo el evento sirvió para mostrar el apoyo que tiene la provincia a partir del orden administrativo logrado y la predisposición a generar los escenarios legales y fiscales necesarios para el desembarco de inversiones.

Hubo sin embargo interés específico, sobre todo en lo que hace a energía y petróleo. De hecho la embajadora de Eslovenia en el país tendió el contacto para reuniones con funcionarios locales, según lo comentaron desde el CEM.

El evento tuvo también su muestra de convivencia política con la invitación del gobernador de Salta y referente del peronismo “no K” con aspiraciones a la Rosada Juan Manuel Urtubey. El salteño llevó agua para su molino al asegurar que ha sido quien más ha hecho para garantizar la gobernabilidad en la era Macri, pero también sumó a un foro que apuesta por mostrar una provincia “normal”, de diálogo, en tiempos de grietas y crispación.

Además la presencia en el auditorio de uno de los representantes del FMI en el país, Trevor Alleyne, y del embajador de Estados Undidos, Edward C. Prado, entre otras figuras de alto rango diplomático, representan una mano en el hombro para una Mendoza que intenta navegar con vela firme en medio de turbulencias generadas por fuerzas que le exceden, como el escenario nacional e internacional.

Alleyne, enviado del FMI al país, en el Foro de Inversiones.

Prueba de esto también fueron los discursos en el desayuno de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), que suelen ser duros contra la administración provincial. Esta vez, sin embargo, el sanjuanino Ángel Leotta, titular del ente mixto, arremetió contra las políticas del Gobierno nacional que pesan sobre un sector en crisis. Presión fiscal, implementación de retenciones y baja en los reintegros fueron algunos de los reclamos, todos los cuales exceden al poder de fuego de Mendoza.

leotta, duro con la política económica.

El gobernador Alfredo Cornejo fue más conciliador y pidió dejar de lado discursos grandilocuentes para encontrar el consenso y estrategia común que la vitivinicultura necesita, más allá de los escenarios macroeconómicos. El pedido fue una indirecta a las eternas disputas entre viñateros, bodegueros, fraccionadores, intermediarios y todos los demás miembros de la cadena vitivinícola. En este sentido es innegable la necesidad de una estrategia común, aunque esto se intentó sin éxito en el Plan Estratégico Vitivinícola 2005-2020. Las autoridades de la Coviar llegarán al estrado del desayuno de Vendimia del año próximo con el plazo del plan 2020 vencido y muchos objetivos pendientes, pero no por falta de voluntad o acción de las partes integrantes sino, principalmente, por un contexto macroeconómico siempre inestable y con la competitividad acechada, lo que complica cualquier estrategia a mediano plazo.

Más amable para Cornejo fue el escenario en el almuerzo de Bodegas de Argentina. Allí el presidente de la entidad y anfitrión. Walter Bressia, agradeció al Gobierno (y a la oposición, nobleza obliga) por la puesta en acción del Fondo Anticíclico Vitivinícola (FAV), herramienta que permitirá la extinción parcial pero inmediata del fuego que genera el excedente de 300 millones de litros de vino.

Bressia apeló más bien a una autocrítica del sector en un mundo del vino que cambió en las últimas décadas, y apeló a una integración genuina del productor primario al mercado. También consideró que si la vitivinicultura está en crisis permanente en el país, no se puede hablar de un fenómeno cíclico sino más bien estructural, y que el FAV puede ayudar como base firme para lograr esta reconversión estructural.

El mensaje bien aplica a la situación de un país que de tan cíclicas, parece vivir en crisis permanente en busca de una reforma estructural. Por lo pronto Mendoza está en el camino de lograrla, si se logra una continuidad en políticas que apunten a mantener el orden fiscal y la transparencia institucional, y mejorar la convivencia política, objetivo posible si se toma la sanción del FAV como muestra.