Turismo
El perilago como esperanza para un Potrerillos necesitado
El anuncio de la apertura del concurso de proyectos para la costa del lago entusiasma en una zona opacada por el vino del Valle de Uco y golpeada (como la mayoría) por la crisis económica.
La zona de montaña del norte de Mendoza, a excepción de Potrerillos y Uspallata, permanece estancada desde hace 50 años, advirtió Alfredo Cornejo días atrás al presentar el concurso de proyectos para el desarrollo del perilago.
Si bien dijo entender el peso del contexto económico, en su breve discurso insistió con un concepto que ha repetido durante toda su gestión: “Necesitamos que los privados se arriesguen e inviertan”. “Tienen que sacarse de la cabeza la cultura 'estatatista'”, reclamó el primer mandatario.
Sin embargo movilizar el pulso inversor no resulta fácil ya que depende de varias aristas, de las cuales el la crisis económica actual es solo una pequeña parte.
Es cierto que durante las últimas décadas la única noticia de peso para el sector turístico de Potrerillos ha sido la reapertura del histórico hotel de la villa cabecera. El resto se limita a una cabaña más o una menos, un parador veraniego más o menos, o más o menos caballos de alquiler para dar un paseo.
El esfuerzo del sector privado en la zona se ve limitada, más que por la voluntad de los emprendedores, por algo más básico que son las condiciones de mercado. “Tenemos demasiada estacionalidad”, se lamentan empresarios del lugar quienes aseguran que trabajan “muy bien” durante las vacaciones de verano e invierno y semana santa, pero que el resto del año es solo “resistir como se pueda”.
Las ganancias de estas temporadas de vacas gordas en el año no alcanzan para cubrir rentabilidad y proyectar inversiones, dicen.
A este escenario se suma el hecho de que muchos mendocinos hayan desistido de darse el gusto de pasar un fin de semana en familia en la montaña por el impacto que implica en la economía familiar. Para éstos, los precios en la zona son “abusivos” (o prohibitivos para bolsillos maltratados por la crisis) mientras que los empresarios no ven la forma de poder bajar costos ante una inflación que no distingue bandos. La presión fiscal y las cargas sociales en el caso de complejos que tienen a su personal registrado hace difícil competir con alojamientos “clandestinos”, critican.
A esto se suma otro factor, ya de tipo cultural, que es que los turistas prefieren pasar menos días en cada destino para conocer una mayor cantidad de lugares en su visita. Esto hace que quienes antes se alojaban una semana en un sitio lo hagan solo un par de días para seguir viaje hacia otros paisajes.
Para coronar un un panorama poco alentador para motorizar inversiones se suma el vino como divisor de aguas dentro de la geografía del turismo. En este sentido el Valle de Uco lleva el agua para su molino en detrimento de la zona de montaña. El enoturismo, con cada vez más bodegas abiertas y mejor preparadas para recibir visitantes, logra captar un importante volumen de viajeros, tanto internacionales como de cabotaje.
Tal como están las cosas, el solo anuncio de la apertura del concuros de ideas para el perilago representa un respiro y un atisbo de ilusión para Potrerillos y su zona de influencia dentro de la montaña.
Pensar una costa con una amplia oferta turística, recreativa, residencial y con servicios de calidad sería, sin duda alguna, un poderosísimo imán de visitantes. De avanzar este desarrollo tendría un efecto multiplicador que impactaría del espejo de agua a Vallecitos, Blanco Encalada, Uspallata y, por qué no, aún más allá.
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