Opinión

Transformar el transporte público en América Latina

Un artículo de opinión de Nicolás Fresno para MDZ.

jueves, 21 de febrero de 2019 · 22:10 hs

Los atascos, la combinación de diferentes medios de transporte para llegar a un destino, el mal funcionamiento de los semáforos, son solo algunas de las características de un servicio de transporte público ineficiente. Todas estas particularidades que hacen a la mejora del nivel de vida en una ciudad condicionan tanto el nivel de bienestar de los ciudadanos, como el desarrollo económico de una urbe. Estos dos puntos deberían ser suficientes para comprender la importancia del desarrollo del sistema de transportes públicos de calidad. Aunque en América Latina, esto no parece ser tan evidente. Por más urgente que este asunto sea, la región todavía no está preparada para afrontar uno de sus mayores desafíos en los próximos años: el crecimiento poblacional de sus ciudades. Contener este incremento desmedido, también significa mejorar el desempeño en ciertas áreas como la movilidad. Sin duda, la planificación urbana y los sistemas de transporte son dos caras de una misma moneda que deben funcionar en sintonía. Para su fortalecimiento mutuo, se debe coordinar de cerca su interacción.

En América Latina, una de las regiones más urbanizadas del mundo, los sistemas de transporte público aún no funcionan como deberían. En términos de calidad del transporte, la región está a mitad de camino. Concretamente, según el último Índice de Movilidad Urbana, las ciudades latinoamericanas se encuentran en un punto intermedio en relación a las demás urbes del mundo. En una escala del 0 al 100, se ubican en 43,9 puntos.

A pesar de la baja calidad del servicio público, muchos están obligados a seguir utilizando estos medios de transporte para desplazarse a diario. En líneas generales, la mayor parte de la población de la región sigue dependiendo de estos medios para poder llegar a sus trabajos. Es decir que el uso del transporte público es alto, a pesar de que su calidad sea baja. Básicamente se condena a los usuarios a depender de sistemas ineficientes que les quitan horas de productividad en su cotidianidad. Lo que genera un gran problema, en el que se debe trabajar.

A fin de mejorar el bajo nivel de los sistemas de transporte públicos, es necesario desarrollar una red de medios de transporte integrados. Esta combinación de diferentes medios permite introducir nuevas formas de movilidad, pensadas específicamente para las diversas necesidades de cada ciudad. El sistema de transporte suspendido de Guayaquil es un caso que sirve para ilustrar cómo funciona la aplicación de soluciones innovadoras, pensadas en función de las necesidades de una ciudad.

En la ciudad ecuatoriana, se ha desarrollado un sistema de teleférico en una zona de difícil acceso. Este sistema de transporte suspendido que une Durán con Guayaquil permitirá transportar a las más de 120.000 personas que se movilizan entre ambas urbes y que actualmente tardan alrededor de 45 y 60 minutos para hacerlo en bus. La empresa francesa, RATP Smart Systems, líder en el sector de los sistemas inteligentes de movilidad en Francia, es quien está a cargo del sistema de venta de boletos para esta Aerovía en la capital económica de Ecuador. RATP Smart Systems acompaña a autoridades locales, operadores y concesionarios en su tarea de mejorar el acceso al transporte público. A través de la innovación y de la excelencia operativa, la compañía promueve soluciones inteligentes ante los desafíos de movilidad a los que se enfrenta la región. Gracias a sus diferentes trabajos en Colombia, México, República Dominicana, Ecuador y Chile, RATP Smart Systems afianza su presencia en una región que necesita de la inversión privada para financiar e impulsar sus sistemas de transporte. En esa línea, el conocimiento de la RATP Smart Systems también ha desembarcado en México y en Santiago de Chile. La empresa llevó a cabo estudios para proponer mejoras a la red existente del Autobús de Tránsito Rápido (BRT) de Acapulco, conocido como Acabús y está acompañando a la ciudad de Santiago de Chile en el proyecto de renovación de los sistemas inteligentes para los 6500 buses de la ciudad.

América Latina ha sido el escenario del desarrollo de este sistema innovador que hoy ya está presente en más de 170 ciudades a nivel mundial. Los orígenes del BRT se remontan a la ciudad de Curitiba en Brasil en la década de los setenta, aunque este sistema traspasó fronteras a partir de su implementación en Bogotá. Hoy en día, ya son 54 las urbes latinoamericanas que cuentan con este sistema, que en conjunto desplazan más de 19,5 millones de pasajeros. Tanto en Río de Janeiro como en Buenos Aires, este sistema le ha dado oxígeno al transporte público.

La estructura vial de las urbes de la región ha visto grandes cambios gracias a la introducción de este sistema de movilidad masiva. El BRT se presenta como una alternativa interesante, en principal gracias al corto tiempo que lleva desarrollarlo, en comparación a otros sistemas de transporte. Un proyecto de este estilo brinda mejores soluciones costo-efectivas, como así también una reducción en gases de efecto invernadero, polución, ruido y accidentes viales. Casualmente, estos son algunos de los principales problemas del transporte público en la región. Los niveles de congestión, contaminación y el incremento de accidentes viales, condicionan la movilidad en América Latina.

Las alternativas innovadoras como la del teleférico de Guayaquil o el sistema de autobús de tránsito rápido, permiten replantear el paisaje urbano de una ciudad. También propician la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, para impulsar un verdadero cambio se debe pensar en una integración completa del sistema de transporte. En concreto, se debe consolidar una red que interconecte todos los medios de transporte. Con el crecimiento poblacional de las ciudades, los planes estratégicos de movilidad no solo serán necesarios, sino que se convertirán en una obligación para contener a la población.