Una vez más el gobierno nacional jugó con la confianza de los argentinos en el sistema democrático: como los resultados no parecen ser los deseados, la demora en ofrecer los primeros datos en forma oficial es insólita.
Se insistió desde el ministerio de Justicia, que comanda Julio Alak y desde la Dirección Nacional Electoral, a cargo de Alejandro Tullio, que los resultados se darían a conocer "tarde, cerca de las 23". Pero a la medianoche no había información oficial.
Conocer esa información es un derecho y no una graciosa concesión que puede otorgar o no el Poder Ejecutivo. Han secuestrado la información crucial de la democracia y la difunden solo cuando ellos quieren hacerlo.
Una vez más la vergüenza.