Por Gabriel Pradines

La ausencia de libertad genera pobreza

Esta ausencia de libertad ha provocado pérdidas de millones de puestos de trabajo alrededor de todo el mundo.

Gabriel Pradines jueves, 7 de mayo de 2020 · 19:22 hs
La ausencia de libertad genera pobreza

Muchas veces para explicar teorías se recurre a situaciones absurdas o extremas que en la práctica reflejan un comportamiento similar. Ejemplo: Si el Estado emite 1 millón de pesos para cada argentino, no seríamos millonarios, sino que el kilogramo de pan pasaría a valer medio millón de pesos. Entonces, por lo poca o mucha que sea la emisión, generará en el corto, mediano o largo plazo inflación.

Hoy, debido a una pandemia, vivimos en ausencia de nuestras libertades plenas, esas que nos permiten ir al peluquero, salir a tomar una cerveza, ir al cine, comprar una remera o ir a trabajar. Tenemos limitada nuestra libertad de comercializar bienes y servicios con quienes deseemos. Esta ausencia de libertad ha provocado pérdidas de millones de puestos de trabajo alrededor de todo el mundo. Sin ir más lejos el último registro de Estados Unidos es cercano a 22 millones.

La ausencia de libertad de comercializar indudablemente genera pobreza, por eso cuando “algo” interviene en nuestra libertad, por poco o mucho que sea, provocará pobreza en los ciudadanos.

Quién puede intervenir en nuestras libertades, el Estado. A través de impuestos, regulaciones (facilidad para conformar una empresa o exportar nuestros servicios) y no respetando la propiedad privada.

La Libertad económica es la que logró el tremendo desarrollo de los últimos 200 años.

El siguiente gráfico refleja el impacto en la disminución de la pobreza mundial. Del 90% de la población viviendo en pobreza extrema a valores menores del 10% en la actualidad.

Desde la Revolución Industrial (la llegada del capitalismo) la esperanza de vida ha aumentado de forma significativa, de 30 años a 75. La gráfica siguiente muestra su evolución: en azul oscuro vemos la media global, en azul claro la de las economías de la OCDE y en naranja la del resto de países del mundo. Los datos forman parte del libro "Poverty and progress", de Deepak Lal:

A veces nos cuesta asimilar que el Rey más rico del siglo XIX no se acerca ni al 1% del estándar de vida que tiene cualquier obrero promedio en los países más libres del mundo.

¿Cuál es la reflexión? Volver a las bases que nos hizo grande como nación, un Estado garante de la seguridad, salud y educación, invirtiendo en infraestructura para ocupar nuestro territorio, mientras nos deja ser libres a las personas para crear y multiplicar la riqueza, que en eso somos muy creativas.

Por Gabriel Pradines, Dirigente Joven del PRO