El nuego gobierno

Suarez, la Corte y la Legislatura: qué hay detrás del "nuevo poder" en Mendoza

En una semana se renovaron autoridades y se designó al futuro gabinete. La Corte y la Legislatura también tienen nuevos "caciques". Y hasta los empresarios están atentos a esos movimientos. Cómo se configura el "nuevo poder".

domingo, 24 de noviembre de 2019 · 13:19 hs

Hay un nuevo poder en Mendoza. En una semana Rodolfo Suarez, gobernador electo, comenzó a ejecutar su propia agenda y designó a su gabinete; la Suprema Corte renovó autoridades en medio de tensiones políticas internas que ya no se disimulan y la Legislatura también reacomodó fichas cambiando los ejes sobre los que gira. Incluso en los sectores empresarios están expectantes, sobre todo los relacionados con la concesiones estatales sobre las que deberá decidir el nuevo Gobernador.

Puede pasar desapercibido, pero se trata de un nuevo mapa que obliga a tratar de analizar lo que hay detrás.

Junto a Víctor Fayad, su mentor político.

El pacto tácito que sellaron hace años, tras el fallecimiento de Víctor Fayad, ahora tiene resultados tangibles. La asunción de Rodolfo Suarez no será resultado de un hecho fortuito. Ganó las elecciones, en gran parte, gracias al apoyo explícito de Alfredo Cornejo. Pero su llegada al poder transparenta una estrategia política y una política de alianzas dentro del oficialismo que se sembró hace años y que cambió la lógica histórica del radicalismo en la provincia.

Para ello fue clave la alianza de dos “principados” en el reino radical, el de Godoy Cruz y el de Capital, y la aceptación de la mayoría del liderazgo de Alfredo Cornejo. También, el gesto de resignación de poder del propio Cornejo.

El radicalismo de Capital y el de Godoy Cruz tenían un enfrentamiento fuerte, más por egos que por temas profundos, que estaba encarnado en el encono personal de Cornejo y Fayad. Capital era el “bastión” histórico donde nadie permitía el crecimiento de alguien extra Zanjón de los Ciruelos. Godoy Cruz, por su parte, el territorio “ganado” por otra casta radical; iniciada por Cesar Biffi y potenciada por Cornejo.

El nuevo poder que rodea a Suarez tiene una porción importante del antiguo equipo de “la muni”, que supo ser parte de otros gobiernos provinciales, mucho de continuidad solapada con la era Cornejo y algunas pocas apuestas más arriesgadas. La reaparición de Raúl Levrino en Seguridad, de Mariana Juri en Turismo y Cultura son dos ejemplos. Dos dirigentes “nacidos y criados” en Capital y que tienen paso por el Ejecutivo en otros gobiernos. Suarez eligió la vía más conservadora en ese sentido. Incluso tiene como armador a Claudio Romano, otro viejo conocido el cuarto piso de Casa de Gobierno.

Pero también hay muchos cornejistas. El actual gobernador dejará el gobierno, pero su principal herencia es haber sembrado un campo político con su impronta. El semillero político apunta a echar raíces. En el equipo de quien lo sucede hay mucho de eso. En la primeras líneas, pero también en quienes mueven los andamiajes del Estado. La presencia de Lisandro Nieri en un rol más “natural” para su perfil es una ratificación de confianza. Y la continuidad de otros hombres de extrema confianza de Cornejo, como el subsecretario de Información Pública Pablo Sarale, son datos que no pasan desapercibidos.

También siguen todos los funcionarios que tienen relación con áreas estratégicas para Suarez, como energía, ambiente y la promoción y control del fracking y la minería. 

En la Legislatura

En la Legislatura es donde quizá más se note la estrategia de alianzas. En particular, con la llegada de Andrés Lombardi como presidente de la Cámara de Diputados. El joven economista es uno de los dirigentes de máxima confianza de Cornejo. Lo acompañó en cada aventura partidaria y fue el mascarón de proa del desembarco de ese sector en Capital. Lombardi fue varias veces “pre candidato” a intendente cada vez que sonaba alguna rispidez interna.

Andrés Peti Lombardi diputado

Pero Cornejo y Suarez se juraron no ponerse obstáculos. Y hacia abajo el mensaje era el mismo. Por eso la alianza estratégica de los dos principados se mantuvo y, por ejemplo, Ulpiano Suarez fue candidato a intendente por aclamación. Lombardi es parte del “Ébano”, un grupo político de radicales que en su mayoría se formó en Franja Morada y que tomó el nombre del histórico café de calle Colón donde se juntaban (hoy cerrado). Ese sector ha ganado poder; cobijados por Cornejo y ahora en alianza con Suarez.

Las mujeres perdieron espacio y ambas cámaras vuelven a estar conducidas por hombres. Mario Abed estará en un rol extraño para él, pues el “caudillo de Junín” está más acostumbrado a las tareas ejecutivas. Por eso el rol de Juan Carlos Jaliff, el viejo lobo de mar de la Legislatura, Andrés Lombardi y los jefes de bloque será importante.

Suarez gobierna, Cornejo construye su futuro, pero no deja de lado Mendoza y tendrá, como ya dijimos, acceso privilegiado a la información a través de los funcionarios clave que nombró en todos los organismos descentralizados y de control.

Tensión en la Corte

Mientras la atención estaba en lo que ocurría en calle Peltier, en otro “cuarto piso” ocurría algo importante. No por el resultado, sino por la trastienda. Jorge Nanclares fue electo nuevamente presidente de la Suprema Corte de Mendoza. Alejando la valoración personal de Nanclares del análisis, se trata no del mejor presidente; sino “del posible”. Suena a resignación; pero es así. La Corte no logra ponerse de acuerdo en los ejes a potenciar y la división es también más política que filosófica o técnica. Incluso hasta se pueden identificar filiaciones partidarias. Dos bloques de tres ministros cada uno que son “filo radical” o “filo peronistas”.

Mario Adaro, Omar Palermo y Julio Gómez, contra Dalmiro Garay, José Valerio y Pedro Llorente. Todos con pasado político claro y compromisos que difícilmente puedan eludir. Como pocas veces ha pasado, se forzó una votación para elegir presidente y ganó el “ala peronista” votando a un ministro que también tiene relaciones con el radicalismo pero, aseguran, les garantiza mayor imparcialidad.

Por eso Nanclares es el “presidente posible” y no el que todos quieren. La pregunta es cómo esa división juega dentro de la Corte. No es un dato menor. Se trata del organismo más importante de la institucionalidad de Mendoza que maneja la administración de justicia, la Junta Electoral, el Jury y que tiene nada más y nada menos que la última palabra en la libertad o detención de las personas.

Cornejo fue un gobernador omnipresente en Tribunales. No por denuncias, sino por su injerencia en ese poder y las reformas que aplicó. Suarez aún no anunció cambios en ese eje. 

Empresarios a la pesca

En medio de un contexto complejo, el sector empresario mira atento lo que ocurre. Para ver qué pasará con la economía, con los contratos que muchos tienen vigentes con el Estado en un contexto difícil y también por negocios futuros.

Ya hay mecanismos detonados, por ejemplo, para la actualización de contratos por la devaluación; es lo que ocurrió, por mencionar un ejemplo, con la cárcel Cacheuta II, donde ya hay un litigio administrativo que podría terminar en la justicia por el pedido de actualización de los valores. Lo mismo ocurre con muchos insumos de los que el Estado es el principal comprador.

El área de las concesiones es el más sensible para el cambio de gobierno. El año que viene, por ejemplo, cambian las condiciones para el servicio de transporte (deja de considerarse solo el kilómetro recorrido como variable) y la continuidad de Natalio Mema en el área de servicios públicos es una noticia importante: el gestor de uno de los contratos más complejos seguirá a cargo del control.

Pero también entran en análisis otras concesiones, como la del casino central, el control a la nueva relación con EDEMSA, los contratos petroleros para Vaca Muerta y hasta el servicio de comunicaciones. En la órbita del nuevo gobierno hay dirigentes que tienen buena relación con sectores concesionarios del Estado. Los poderes que trascienden a un gobierno también están atentos.