Opinión
España está viva
La abdicación del rey Juan Carlos y las elecciones europeas han generado una efervescencia social impensada hasta ahora en tierra española.

España se mueve. Cruje. Respira. En definitiva, España está viva. Creíamos que estaba muerta pero parece que no. En los últimos 10 días se precipitaron dos hechos que sacaron a España del letargo: primero las elecciones europeas que significaron una debacle para el sistema establecido, y luego la abdicación del rey que al ser mal calculada por el poder, ha abierto una discusión mucho más profunda que el mero traspaso del cetro real. Ambos acontecimientos han generado una efervescencia social impensada hasta ahora.
Empecemos por lo más reciente, que es la noticia de que el rey Juan Carlos de Borbón abdica en favor de su hijo el príncipe de Asturias, que a partir del 18 de junio será el nuevo rey Felipe VI. La decisión ya estaba tomada desde enero por lo menos, y obedece al creciente desprestigio del rey que fue jefe de Estado durante 39 años, debido a sus infidelidades y escándalos conyugales, a sus escandalosos viajes a cazar elefantes al África y a los últimos escándalos de corrupción que salpican a toda la familia real, principalmente a su hija la infanta Cristina y a su yerno Iñaki Urdangarin. Pero si la decisión estaba tomada, fue muy mal elegido el momento, justo después del desastre electoral del sistema político español que tiene sojuzgado al pueblo. Veamos por qué.
Hace 10 días, en las elecciones de europarlamentarios, el bipartidismo español sufrió un mazazo histórico. Por primera vez, el bipartidismo no llegó al 50 por ciento de los votos emitidos. El Partido Popular (PP) sacó el 26 por ciento y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) el 23 por ciento. Y además de Izquierda Unida (la izquierda tradicional con el Partido Comunista Español a la cabeza), irrumpió una nueva fuerza política surgida del movimiento de los indignados: Podemos, con algo más del 8 por ciento cada uno. Lo interesante de Podemos es que tiene sólo tres meses de formación, que es el único partido que parece recuperar la política y enamorar. De hecho, la sensación es que el 8 por ciento de Izquierda Unida es su techo, pero el 8 por ciento de Podemos es su piso. Y un agregado, sus líderes (Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, entre otros) rescatan las experiencias del Socialismo del Siglo XXI que nació en Venezuela y luego se extendió con variantes a Ecuador, Bolivia y se sigue expandiendo como una mancha de aceite por toda Sudamérica, ahora cruza el charco.
En ese contexto, con el PPSOE en terapia intensiva y la criatura de Podemos dándole nuevas ínfulas a la democracia española, viene y abdica el rey. Justo en ese momento. Mejor imposible, porque inevitablemente se abre una gran posibilidad para debatir mucho más allá de si Juan Carlos, si Felipe VI. Lo que se debate en estos días en España es ni más ni menos que el sistema político, algo impensado hace sólo 5 años. Lo que está en discusión ahora es todo el sistema político, la monarquía y su democracia controlada que incluye esa ficción de alternancia llamada bipartidismo.
Y para entender esto hay que hacer un breve repaso histórico. La monarquía y la dictadura han ido de la mano en la España del siglo XX. Primero con la alianza entre Alfonso XIII y Primo de Rivera, y luego con la de Juan Carlos y Francisco Franco. Al caer la dictadura de Primo de Rivera, se proclama la Segunda República el 14 de abril de 1931. En 1936 se produce la sublevación ilegal e ilegítima de Franco y los nacionalistas, que conducen a España a la Guerra Civil. Y a partir de 1939 se instaura una cruel dictadura de 36 años, con un terrorismo de Estado que dejó como saldo más de 100 mil desaparecidos y 30 mil niños apropiados. Pero durante esos años de dictadura, Franco va preparando a Juan Carlos para que a su muerte se restaurara la monarquía y manejara los hilos de una democracia controlada. Hasta eso tiene que ver con la actuación del rey en abortar el intento de golpe de Estado llamado Tejerazo en 1981. La transición a la democracia incluyó el pacto de la Moncloa, un verdadero pacto de impunidad que impidió cualquier tipo de revisión de los delitos de lesa humanidad del franquismo, y sentó las bases del bipartidismo que siguió durante estos 39 años.
Por todo esto, la monarquía y el sistema bipartidista del PPSOE van tan íntimamente ligados y por eso, lo que cruje y tambalea en estos momentos es esa entente.
Ante el clamor popular por un referéndum para elegir democráticamente entre monarquía o república, el PSOE ha elegido taparse los oídos y apoyar una sucesión monárquica express, entre gallos y medianoche, y sin ningún debate posible. Sabíamos ya que el PSOE no es ni socialista ni obrero, pero lo que no sabíamos era que es monárquico. Ahora lo sabemos. Y también sabemos que se está suicidando políticamente. Porque en la coyuntura, saldrá la sucesión express y en dos semanas habrá nuevo rey en España. Pero lo que no habrá nunca más es esa paz de los cementerios que llevaba 80 años. España se ha despertado y esto no tiene vuelta atrás. Los cada vez menos votantes socialistas se irán corriendo hacia Podemos, y también irán hacia allí los que hasta ahora se abstenían o votaban en blanco. Es bueno porque gran parte del pueblo español está trascendiendo su propia indignación y están pasando a la acción política.
Uno de los artesanos de este momento bisagra en la política española y europea es el politólogo Juan Carlos Monedero. Profesor de la Universidad Complutense, dice ante nuestra consulta: “Tenemos que tomar las riendas de nuestro futuro en nuestras manos. En la crisis actual del modelo, una crisis que es integral, ninguna solución pasa por tutela alguna. Para eso necesitamos ser ciudadanos plenos. Con un rey, no es posible. El pueblo necesita decidir quién tiene que representar nuestra aventura común como sociedad y cómo articulamos nuestras relaciones. Asumir esa responsabilidad. Crecer”. Y luego, hablándole directamente a Felipe de Borbón, descarga: “Seguramente tú, Felipe, vas a priorizar el mantenimiento de tu puesto de trabajo. Es tu principal interés. Te educaron para eso. Tu interés por un lado, el nuestro por otro. A ti te hacemos siempre falta nosotros. A nosotros no nos haces falta tú. Y porque nosotros somos el pueblo, no vas a ser rey, Felipe. Pero tranquilo: no depende de ti. Sabemos que esa tarea es exclusivamente nuestra. Estamos en ello”.
Mariano Saravia.
Por todo esto, la monarquía y el sistema bipartidista del PPSOE van tan íntimamente ligados y por eso, lo que cruje y tambalea en estos momentos es esa entente.
Ante el clamor popular por un referéndum para elegir democráticamente entre monarquía o república, el PSOE ha elegido taparse los oídos y apoyar una sucesión monárquica express, entre gallos y medianoche, y sin ningún debate posible. Sabíamos ya que el PSOE no es ni socialista ni obrero, pero lo que no sabíamos era que es monárquico. Ahora lo sabemos. Y también sabemos que se está suicidando políticamente. Porque en la coyuntura, saldrá la sucesión express y en dos semanas habrá nuevo rey en España. Pero lo que no habrá nunca más es esa paz de los cementerios que llevaba 80 años. España se ha despertado y esto no tiene vuelta atrás. Los cada vez menos votantes socialistas se irán corriendo hacia Podemos, y también irán hacia allí los que hasta ahora se abstenían o votaban en blanco. Es bueno porque gran parte del pueblo español está trascendiendo su propia indignación y están pasando a la acción política.
Uno de los artesanos de este momento bisagra en la política española y europea es el politólogo Juan Carlos Monedero. Profesor de la Universidad Complutense, dice ante nuestra consulta: “Tenemos que tomar las riendas de nuestro futuro en nuestras manos. En la crisis actual del modelo, una crisis que es integral, ninguna solución pasa por tutela alguna. Para eso necesitamos ser ciudadanos plenos. Con un rey, no es posible. El pueblo necesita decidir quién tiene que representar nuestra aventura común como sociedad y cómo articulamos nuestras relaciones. Asumir esa responsabilidad. Crecer”. Y luego, hablándole directamente a Felipe de Borbón, descarga: “Seguramente tú, Felipe, vas a priorizar el mantenimiento de tu puesto de trabajo. Es tu principal interés. Te educaron para eso. Tu interés por un lado, el nuestro por otro. A ti te hacemos siempre falta nosotros. A nosotros no nos haces falta tú. Y porque nosotros somos el pueblo, no vas a ser rey, Felipe. Pero tranquilo: no depende de ti. Sabemos que esa tarea es exclusivamente nuestra. Estamos en ello”.
Mariano Saravia.