Opinión
Poco serio: en Mini Mendoza se rifaron la minería en medio de la campaña
Ni Francisco Pérez ni Roberto Iglesias son antimineros.
En diversas oportunidades han explicado públicamente que a lo que se oponen es a la minería contaminante, pero que propician el desarrollo minero de la provincia.
Quienes se manifestaron en contra de la contaminación minera también han sido puntuales: no se oponen a la actividad, sino a aquella que provoque riesgos al ambiente.
Políticos y dirigentes sociales lo manifestaron una y mil veces.
Pero el pato de la boda fue el proyecto San Jorge, que fue rechazado en la Legislatura por radicales y peronistas, por motivos meramente electorales. Los primeros estuvieron echándole la carga prominera al candidato de los segundos, que integró hasta hace poco el estudio que fue la sede en Mendoza del plan que pretendía buscar, encontrar y explotar oro en Uspallata.
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"Me gustaría saber qué harán los legisladores de Paco Pérez con el proyecto San Jorge", provocó por Twitter en la tarde el candidato a gobernador de la UCR, Roberto Iglesias. Pérez le respondió por el mismo medio con los hechos consumados: "Acabo de solicitar a mis senadores y diputados del PJ que rechacen de plano en el recinto el proyecto minero San Jorge".
Lo hicieron.
Ayer no más ganaba Cristina Fernández de Kirchner la pulseada electoral de las primarias, haciéndose cargo de su explícito respaldo a las mineras que demuestra no sólo desde la Casa Rosada, sino que acarrea desde Santa Cruz.
Ayer también, por ponerle una cronología a los hechos, los intendentes del justicialismo mendocino apoyaban fervientemente la posibilidad de explotación metalífera en la cordillera. Lo hizo el intendente involucrado directamente, Rubén Miranda, presidente del PJ, a cuyos legisladores les dio instrucciones el candidato Pérez. También Alejandro Abraham lo ha hecho, y es el futuro titular del PJ.
Ayer, Guillermo Carmona pegó un portazo en la Casa de Gobierno, cansado de las presiones para que San Jorge avanzara. Hoy todo es una mezcla inexplicable: Pérez y Carmona en la misma boleta, Iglesias y Jaliff unidos en la mediocridad y la demagogia con el oficialismo, reculando en sus afirmaciones y escuchando el mensaje corto de la coyuntura: “Hay que decir que no rápido para crecer en las encuestas”.
Mendoza no se ha dado la oportunidad de discutir la minería a lo grande, como política de Estado. El caso San Jorge, más allá de sus propios errores, es un pequeño ejemplo al lado de lo que esta provincia (que ya es eminentemente petrolífera y con gran capacidad de expansión minera) podría hacer en materia de desarrollo económico con sustentabilidad ambiental, si trabajara en serio.
Pero ni siquiera ese caso testigo se trató con la seriedad necesaria. No se discutió cómo controlar más y mejor. Ni siquiera cómo hacer para que muchos más recursos de la minería quedaran para los mendocinos. ¿Es posible que después de escuchar a "la gente" durante un mes un dirigente que pretende gobernar bajo un millón de presiones cambie su opinión anterior?
Triunfó hoy la demagogia. “La voluntad popular es soberana”, dijo Francisco Pérez a MDZ luego de cambiar rotundamente su opinión sobre la minería, y lo fundamentó en las escuchas que ha hecho en los barrios. Nada más que eso. Nada menos que eso.
Mendoza no puede pararse con seriedad, seguridad jurídica y grandeza política ante el resto del país: no nos da la calidad institucional ni el liderazgo para competir en esos niveles.
Ayer no más, repetimos, Pérez pidió una “consulta popular vinculante”. Horas después cambió de opinión.
Increíble.
Una lástima.
Los partidos políticos podrían haber abierto un espacio de debate con altura, pero prefirieron chicanearse por Twitter y actuar de manera tal de primerear uno al otro para dejar contento a un electorado en el que, seguramente, han detectado –encuestas mediante- que hay sensibilidad en torno al tema.