Opinión
El inadmisible apriete K a los mendocinos

Observando el problema de la forma más desapasionada posible... ¿Qué diferencia hay entre los guantes de box y los cascos de guerra del Secretario de Comercio Guillermo Moreno en una asamblea de Papel Prensa, y la decisión política de la Presidenta de la Nación y el ex presidente, de marginar a Mendoza de un plan de desendeudamiento que hubiese beneficiado al conjunto de los mendocinos? En verdad, sólo las formas. Porque el fondo es el mismo: el “apriete” como manera de construir poder, la billetera feroz como forma de hacer política. ¿Con qué criterio el gobierno nacional discrimina a una provincia, sólo por un diferendo en el que Mendoza tiene razón, largamente?
El plan de desendeudamiento significaría para Mendoza refinanciar unos 500 millones de pesos de deuda con Nación. Este plan reemplaza al Programa de Asistencia Financiera a las provincias, una suerte de “bicicleta” que permitía ir estirando la deuda y usar esos recursos para gastos o inversiones del Estado. Sin estas posibilidades, a Mendoza lo que le queda es ajustarse el cinturón con fuerza desde aquí a fin de año para que el déficit no crezca fuera de control. O tendremos otro fin de año con la necesidad de salir a tomar deuda para cubrir los agujeros. En este contexto, el apriete del kirchnerismo a los mendocinos tendrá un efecto concreto sobre la vida diaria: habrá que gastar menos en seguridad, salud, educación, servicios a la comunidad, sueldos, obras... o donde sea que se decida recortar.
Está claro además que el "desendeudamiento" no es tal, sino una refinanciación con dinero de ATN que el gobierno nacional debió repartir a las provincias y no lo hizo, aunque es cierto que ingresar al plan aliviaba la situación financiera de Mendoza. Ahora, la provincia se encuentra ante disyuntivas complejas, como dejar de pagarle a los organismos nacionales con los que tiene deuda a causa de esta discriminación. ¿Que pasaría si el gobierno decide dejar de pagarle al Fondo Fiduciario de Desarrollo Regional, por ejemplo?
El gobierno provincial ha sido criticado frecuentemente por su alineamiento irrestricto a los Kirchner. Ahora, que al menos por el momento ha decidido plantarse en una posición digna, hay que señalarlo, tanto como criticar al gobierno nacional por una decisión injusta, arbitraria y propia de un poder patotero y cerril, acostumbrado a hacer política destruyendo al otro.
Mendoza tiene sus particularidades, su idiosincrasia, su institucionalidad y su independencia de criterio. Estos últimos son valores “de culto” de los mendocinos. Puede que los Kirchner no lo entiendan. Y puede que la gente se los recuerde a la hora de votar en 2011. Mientras tanto, hay que denunciar una situación injusta que nos vuelve a perjudicar y que en el tiempo significará más problemas para la provincia. En este contexto, que se margine a Mendoza de un plan beneficioso a causa de un probable juicio por la promoción industrial que tanto daño nos hizo, es francamente inaceptable.