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EnFoco: Duane Michals

Entre la realidad y la ficción. Un recorrido por la obra del fotógrafo de los sueños.
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Duane Michals es un fotógrafo norteamericano que nació en Pensilvania en 1932. Su fotografía se hizo famosa en los años setenta por sus secuencias y la incorporación de textos como elementos de las fotos. Es considerado uno de los principales representantes de la fotografía conceptual y filosófica. Su primera exposición fue en la Underground Gallery de Nueva York con los retratos que hizo en su viaje a Rusia en 1963. Una característica esencial de su obra es la redefinición del medio fotográfico como un medio artístico y no como un registro de la realidad, destacando el papel de las emociones y los sueños.

Con un padre metalúrgico y una madre doméstica, a los 14 años Duane Michals tuvo claro que ni el acero ni la limpieza serían el destino de su existencia. A los 17 pasó semanas ahorrando para comprarse su primer libro de poesía, Hojas de hiedra de Walt Whitman. En 1953 se graduó en Bellas Artes en la Universidad de Denver. Cinco años después, un viaje de tres semanas por la Unión Soviética y una cámara prestada le cambiaron la vida para siempre.  Cuando Michals toma la cámara para dejar la publicidad de lado hace de la fotografía la visión de sus sueños, miedos y deseos.

La estética de Michals coquetea con el surrealismo de Magritte, con un universo que se sitúa en la frontera entre la realidad y la ficción. "Me gusta la ironía", afirma. Su trabajo ademas de ser influenciado por el surrealismo también lo fue por el budismo Zen. Duane acredita su fama y su singular mirada a la falta de educación formal como fotógrafo. Fue un autodidacta y logró convertirse en uno de los máximos exponentes de la fotografía en series del siglo XX. Sus imágenes se construyen a menudo como un relato que conduce a una reflexión metafísica. Sus comienzos revelan la gran influencia de Atget con escenarios recurrentes como los restaurantes, las salas de espera o las recepciones de hotel. Pero en 1966 Michals se hace con un estilo propio y único a través de la técnica de la secuenciación: una sucesión de fotografías como forma de contar historias en un desarrollo temporal. Una técnica que perfiló todavía más en sus trabajos de mediados de la década del '70 al incluir pequeños manuscritos en las copias para reforzar su significado.Para eso, pone en práctica la técnica de la doble y triple exposición, y escribe textos o pinta directamente sobre el papel fotográfico. Michals consigue así un estilo que algunos acusaron de "cinemático", a lo que supo responder con gran sabiduría "Las fotosecuencias son al cine lo que la poesía a la novela: una sintaxis completamente diferente".

Su serie Sequences de finales de los sesenta y principios lo consagra como autor fotográfico. El resultado son obras enigmáticas, casi ilustraciones de fantasías oníricas donde el tiempo, insertado entre los lapsos de las secuencias, recubre de incertidumbre el sentido de su sucesión. Esto, y la inclusión de textos y pintura, supuso no sólo su consagración sino que lo convirtió en punto de referencia obligado cuando se habla de la capacidad narrativa de la fotografía. "Quien ve mis fotos ve mis pensamientos", explica Michals.
 
Usaba luz natural y muy pocos equipos técnicos. En ocasiones sus imágenes borrosas insinúan historias fantasmales, espiritualidad, y misterio."La realidad no me interesa en absoluto. Prefiero vivir en un mundo irreal, me parece más estimulante. Nunca me ha interesado la calle, no creo que ahí afuera ocurra nada interesante. Al contrario que otros colegas, yo no me he paseado jamás con la cámara a cuestas para captar una instantánea. A mí, sobre todo, me interesan las emociones y los sueños. Lo que pasa en la calle actualmente es demasiado estúpido como para prestarle atención". Descubran estas maravillosas secuencia de imágenes para sonreír y reflexionar.