Notas
Ariel Pink por primera vez en la Argentina

Con la industria de lo retro en la cresta de la ola y tanto gigante de paseo, recibir a un artista en su mejor momento –o en el momento justo– es algo para festejar. Y si se trata de uno de los más ingeniosos e innovadores con más razón todavía. Viene Ariel Pink’s Haunted Graffiti. Sí, leyeron bien.
Ariel Pink: No, para nada. Siempre creí que Before Today, al que considero mi verdadero álbum debut, iba a ser un desastre. No exagero: lo sentí así cuando lo grababa. Mis expectativas suelen ser las peores cuando hago un disco. Me entusiasma trabajar en mi música, por supuesto, pero eso no quita que piense que el resultado será desastroso. ¿Estoy siendo pesimista? Puede ser, no es una observación desacertada… (risas). Pero si soy pesimista es porque, en realidad, soy una persona práctica. Espero lo peor. Y si las cosas al final no resultan tan mal como creía, entonces me pongo contento.
¿Y qué cosas cambiaron entre Before Today y Mature Themes?
Fueron experiencias diferentes. La banda conservó a los mismos integrantes, pero la aproximación fue totalmente distinta en cada disco. Lo que pasó es que, en Before Today, todas las canciones estaban prácticamente escritas desde antes. La banda se basó en los demos que yo había hecho. Y luego fuimos tocando varias de esas canciones en vivo… Así fue que, al momento de grabar, todos estábamos más o menos familiarizados con las canciones y con esta forma de tocarlas en vivo. Y eso fue lo que hicimos en el estudio: grabamos casi todo en vivo. Nos vino bien, porque en el estudio nos cobraban por tiempo y así tardamos menos. Before Today fue nuestro primer disco como banda: nos estábamos acostumbrando a estar juntos. Su proceso de grabación fue, ante todo, una experiencia de aprendizaje. En cambio, en Mature Themes, el proceso fue otro: decidimos construir nuestro propio estudio, y eso nos permitió probar otras direcciones y jugar con la construcción de las canciones, sin depender de los demos.
Decís que Before Today significó un nuevo comienzo, ya que fue el primer disco que hiciste con una banda y en un estudio en serio. Pero al final seguiste desempolvando tus viejos demos…
Sí, eso fue lo que hicimos en un principio, porque necesitábamos material para tocar en vivo. Tuvimos que aprender las canciones de esas grabaciones caseras, y algunas eran realmente muy viejas. Durante cinco años, casi no escribí música. Trataba de conseguir un contrato discográfico y conformar una banda. Claro que, al mismo tiempo, la banda necesitaba material para salir a tocar. Y esas viejas grabaciones fueron la solución. Esas canciones sirvieron para encontrar el rumbo y la dinámica del grupo. Antes de eso, muy poca gente conocía mi música. Y lo poco que se conocía era básicamente lo que estaba en mis primeros discos. Pero las versiones en vivo de esa época eran una cagada: no le hacían justicia a las canciones. Entonces decidí dejar de grabar, por bastante tiempo, y empecé a ensayar. Retomé mis viejas canciones para tener algo para tocar. Fue una etapa en la que necesitaba dejar de componer y enfocarme en la banda. Y luego me puse como meta conseguir un contrato discográfico. Así surgió la oportunidad de volver a grabar en mejores condiciones, en un estudio y con un productor.
Las grabaciones caseras fomentaron tu estilo. ¿Seguís haciendo este tipo de registros?
Por supuesto, sigo grabando en cinta, en la misma portaestudio a casete en la que solía grabar mis discos en el pasado. Así hago los demos. Y eso es lo que, después, les muestro a los chicos de la banda… Bueno, no siempre, no todo: solo les paso los temas que vamos a tocar. No pienso en estas grabaciones caseras como si fueran demos, no al menos mientras las hago. Pero si al final no son editadas, entonces sí las veo como demos. Tengo grabaciones de hace muchos años que terminaron siendo demos y que, tiempo después, fueron a parar a algún disco. Mis canciones provienen de distintos períodos. Pero la verdad es que trato de evitar todo esto: me gusta hacer canciones por primera y única vez, canciones que se sostengan y excedan la condición de demo. Prefiero abastecerme de lo nuevo. Hice varios demos de los temas de Mature Themes, pero todos fueron hechos con la banda. Eso, creo, lo hace más verdadero.
Finalmente lograste tener una banda real: Haunted Grafitti…
No es una banda del todo estable: siempre está cambiando un poco, cada año. Pero el núcleo se mantiene. Sigue siendo el mismo desde hace unos cuatro o cinco años. No sé si cambió mi forma de tocar en vivo, supongo que sí… En realidad, cambiaron las canciones. Creo que fuimos encontrando una química entre los integrantes de la banda, y eso hizo que nos vayamos poniendo cada vez mejor.
Entre tus fans está Simon Reynolds, que incluso te cita en Retromanía, cuando definís tu songwriting como “retrolicioso”. ¿Compartís su visión de la actualidad musical?
Bueno… En realidad, él usa muchas nociones, no solo para describir lo que yo hago. Puedo sentir su frustración, y puedo identificarme en parte con su escritura. Podría decir que estoy de acuerdo en parte con su visión de la actualidad. Pero no creo que sea algo tan riguroso, no se puede tomar una postura radical, ni decir si es algo que está bien o mal. Simplemente así son las cosas.
¿Creés también que la nostalgia es una “gran emoción pop”?
No puedo tomar una postura única. Una parte de mí cree en la nostalgia, se siente atraída por eso. Y otra parte mía cree que la nostalgia es algo malo. Hay un concepto recurrente en la música, y creo que esa circulación no es casual, no se da por error. Todo vuelve, una y otra vez. La música cambia cuando algo ha estado presente por mucho tiempo. Tiene su lógica: cuando la cultura no ha cambiado por un tiempo, cuando lo nuevo y fresco se termina estabilizando, entonces surge la necesidad de un cambio, de una revolución en sus propios términos, y ese cambio, a veces, puede significar empezar todo de nuevo.
Pero el carácter retro está muy presente en tus canciones. Incluso en tus videos, como es el caso de “Flashback”, que parece ser una glorificación paródica de la cultura del VHS…
Ese video, básicamente, es una escena de The Multinauts, un show de televisión de J.J. Stratford. Ella me invitó al programa, me vistió y me propuso la idea. Prevalece su mirada absurda y su estética del bajo presupuesto. Ahí también canto a través de uno de esos micrófonos con auriculares… Hice algo parecido en vivo, en un festival de Pitchfork, pero fue solo por esa vez.
Los videos parecen sacar tu lado divertido. Algo de eso ya daba cuenta el banquete psicodélico de “Bright Lit Blue Skies”. Y ahora, además, te lucís como galán en “Only in My Dreams”…
El video de “Only in My Dreams” fue una idea mía. Hice todo, incluso el storyboard… Así que me puso muy contento poder concretarlo. Conté con la ayuda de un director, Travis Peterson, un viejo amigo mío que antes había dirigido “Gray Sunset” y otros videos de mis canciones. Fue una experiencia muy placentera. Me llevé muy bien con todos los que participaron.
Hay varios dibujos tuyos dando vueltas en Internet. ¿Es una actividad paralela?
Hace mucho que no me siento a dibujar, así que no diría que es algo paralelo. Ni siquiera sé si es un hobby. Hice la mayoría de esos dibujos cuando estaba en la secundaria, hace casi quince años. Me gustaría seguir dibujando, creo que aún puedo hacerlo, pero mi cabeza está en la música.
Viviste en México de chico. ¿Cómo fue eso? ¿Volviste?
Sí, viví allá durante un año, cuando era chico. Hice el octavo grado. Voy cada tanto, para visitar a mis padres: ellos viven en el DF. Mi padre, de hecho, es mexicano. No viviría allá, sinceramente. Pero me gusta ir y ver a mi familia, mis sobrinos, mis tíos y mis tías.
¿Ya tocaste allá? ¿Y en Sudamérica?
Sí, toqué en el DF… Y fue un desastre (risas). También estuve en Brasil, pero nunca llegué a la Argentina. Tengo ganas de ir, aunque no me hago grandes expectativas. Mejor así, ¿no?
En vivo el miércoles 12 a las 21 en Niceto Club (Niceto Vega 5510, CABA).
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