Notas
Un cuidadoso marcha atrás en el tema Papel Prensa
El gobierno viró de la intervención y la expropiación de Papel Prensa a la denuncia judicial y un proyecto de ley de regulación, en su enfrentamiento con los diarios. El debate será más transparente en el Congreso, pero la pelea de fondo estará en los tribunales.

Fue, finalmente, un cuidadoso marcha atrás luego de días de mucha tensión, denuncia y resistencia. La intención original del gobierno de Cristina y Néstor Kirchner -la intervención de la sociedad anónima que compone Papel Prensa como paso previo a la expropiación de la planta- derivó en la presentación de denuncias judiciales civiles y penales –gravísimas- y de un proyecto de ley en el Congreso para que la producción del insumo básico de los periódicos sea declarada de interés público, con seguimiento de una comisión bicameral.
Era sabido que habría una parva de causas judiciales derivadas del informe presentado hoy. Ni Héctor Magnetto ni la familia Saguier pueden sorprenderse por esto. El gobierno intentará demostrar que el secuestro y tortura de la familia de David Gravier, el propietario anterior de Papel Prensa, se produjo apenas después de que su viuda y otros accionistas de la familia firmasen los papeles de venta de la empresa. El informe de Cristina resultó confuso y contradictorio en mucho de lo que se conocía hasta ahora sobre aquella transacción, y tanto Clarín como La Nación sostienen que la versión del gobierno es una sarta de mentiras destinadas a quitarles la empresa y dominar así la opinión pública desde el Estado-gobierno-partido, vía la producción de papel. Habrá que ver cómo se desenvuelven las causas judiciales, en qué jueces recaen, y cómo logra influir el kirchnerismo en ellos. En la Argentina de hoy, nadie está exento de ir preso por una causa armada.
Foto: Marcelo Capece/NA
Sin embargo, a pesar de la contundencia con la que los Kirchner intentaron presentar su informe (aquella fue la palabra más repetida en los discursos, incluido el de Cristina) el gobierno suavizó su puesta original, ciñéndola a la Justicia y al Congreso. En el primero… ¿tienen mayoría? En el segundo, no; y habrá que ver ahora cómo es el proyecto de declaración de interés público y posterior regulación (algo que nadie había advertido en 27 años de democracia) para saber si la oposición decide acompañarlo. Al momento de escribir estas líneas, el Comité Nacional de la UCR se reúne para evaluar una declaración pública. Lo mismo hacen el Peronismo Federal y Elisa Carrió. Las repercusiones lloverán durante toda la noche.
La pregunta es: ¿Por qué el gobierno decidió dar marcha atrás, y atenuar su avance sobre la prensa? Muchos factores pueden haber influido. Desde el clima “antiempresa” instalado de la mano de los aprietes de Moreno y Moyano a los empresarios para que se presten hoy para la “foto” del acto, hasta las protestas de usuarios por el caso Fibertel, o las discusiones internas del mismo oficialismo. No todo el peronismo en el gobierno está decidido a avasallar la libertad de prensa. Algunos que pertenecieron al riñón se animan a ventilarlo: “Tengo una duda elemental: llevamos 27 años de democracia y nunca escuché algo así. En estos años el Gobierno fue socio de Papel Prensa. Yo lo que no puedo entender es cómo en estos 27 años no se pudo ventilar esto. Es una cosa difícil de entender”, cuestionó el ex funcionario en declaraciones a radio Mitre reproducidas por el diario La Nación hace minutos. “Pasaron muchísimos directores del Estado, decenas de síndicos, presidentes de la Nación, ministros de Economía y nunca se habló” dijo el ex jefe de gabinete que –hay que decirlo- fue mano derecha de Néstor y Cristina hasta poco después de la 125 y el “No positivo” de Julio Cobos. Fernández también fue miembro del directorio de Papel Prensa.
Iban por todo y decidieron un camino más cauto. ¿Cuánto tuvo que ver el mal clima con las frecuentes decisiones autoritarias de este gobierno? Habría que medirlo en las encuestas. Por ahora, podría decirse que los medios salieron menos lesionados de lo que se esperaba. El faltazo de importantes hombre de la economía, como los Rocca, o la UIA, pueden haber jugado su parte en esta decisión de atenuar la embestida.
Para finalizar, una reflexión. Las denuncias por delitos de lesa humanidad siempre son gravísimas. El esclarecimiento de lo ocurrido en la Dictadura, la supervivencia de los argentinos a aquellos años de horror y el juicio y castigo a los culpables, no son mérito exclusivo de este gobierno, sino de todos los que pasaron por el poder desde 1983 hacia aquí, especialmente de Raúl Alfonsín, a quien le tocó una parte en la que se jugaba la libertad de todos. Pero hasta Menem hizo algo a favor de aquellas luchas, aunque haya aprobado después el espanto del indulto. Ahora los dueños de Clarín y La Nación se han visto envueltos en una de estas causas. Y sólo Néstor y Cristina saben cuánto anhelan la foto de Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble esposados y tras las rejas. Así, sería lamentable que el gobierno usara aquella lucha noble de tanta gente y el dolor de varias generaciones, en su pelea para apropiarse del relato “oficial” de la realidad apagando las voces discordantes, algo por lo que pulsean de manera hostil desde que llegaron al poder.
Si fuera así, no habrá sociedad argentina que los perdone.
Cristina Kirchner y Aníbal Fernández |
La pregunta es: ¿Por qué el gobierno decidió dar marcha atrás, y atenuar su avance sobre la prensa? Muchos factores pueden haber influido. Desde el clima “antiempresa” instalado de la mano de los aprietes de Moreno y Moyano a los empresarios para que se presten hoy para la “foto” del acto, hasta las protestas de usuarios por el caso Fibertel, o las discusiones internas del mismo oficialismo. No todo el peronismo en el gobierno está decidido a avasallar la libertad de prensa. Algunos que pertenecieron al riñón se animan a ventilarlo: “Tengo una duda elemental: llevamos 27 años de democracia y nunca escuché algo así. En estos años el Gobierno fue socio de Papel Prensa. Yo lo que no puedo entender es cómo en estos 27 años no se pudo ventilar esto. Es una cosa difícil de entender”, cuestionó el ex funcionario en declaraciones a radio Mitre reproducidas por el diario La Nación hace minutos. “Pasaron muchísimos directores del Estado, decenas de síndicos, presidentes de la Nación, ministros de Economía y nunca se habló” dijo el ex jefe de gabinete que –hay que decirlo- fue mano derecha de Néstor y Cristina hasta poco después de la 125 y el “No positivo” de Julio Cobos. Fernández también fue miembro del directorio de Papel Prensa.
Iban por todo y decidieron un camino más cauto. ¿Cuánto tuvo que ver el mal clima con las frecuentes decisiones autoritarias de este gobierno? Habría que medirlo en las encuestas. Por ahora, podría decirse que los medios salieron menos lesionados de lo que se esperaba. El faltazo de importantes hombre de la economía, como los Rocca, o la UIA, pueden haber jugado su parte en esta decisión de atenuar la embestida.
Para finalizar, una reflexión. Las denuncias por delitos de lesa humanidad siempre son gravísimas. El esclarecimiento de lo ocurrido en la Dictadura, la supervivencia de los argentinos a aquellos años de horror y el juicio y castigo a los culpables, no son mérito exclusivo de este gobierno, sino de todos los que pasaron por el poder desde 1983 hacia aquí, especialmente de Raúl Alfonsín, a quien le tocó una parte en la que se jugaba la libertad de todos. Pero hasta Menem hizo algo a favor de aquellas luchas, aunque haya aprobado después el espanto del indulto. Ahora los dueños de Clarín y La Nación se han visto envueltos en una de estas causas. Y sólo Néstor y Cristina saben cuánto anhelan la foto de Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble esposados y tras las rejas. Así, sería lamentable que el gobierno usara aquella lucha noble de tanta gente y el dolor de varias generaciones, en su pelea para apropiarse del relato “oficial” de la realidad apagando las voces discordantes, algo por lo que pulsean de manera hostil desde que llegaron al poder.
Si fuera así, no habrá sociedad argentina que los perdone.