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Si la uva fuese soja, otra sería la historia

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La deuda de los productores de Mendoza con el Banco Nación denuncia un estado de situación que refleja la realidad de muchos productores (273 con una deuda aproximadamente de $30.000 de saldo contable) y, a su vez, denuncia la falta de política a favor de la producción.

En las provincias granarias con mercados a término, normalmente el productor sale de su deuda cómodamente y de contado con las facilidades que le da el banco. Es decir, el productor mendocino no sólo perdió competitividad para producir frente a otras economías, sino que perdió ventajas a la hora de arreglar su deuda ya que su rentabilidad no tiene el posicionamiento de la soja.

El Banco Nación, para los deudores de Mendoza, supera todos los conceptos de lo perverso. ¿Por qué digo esto? Porque la construcción del saldo contable está atada a la valorización de la propiedad del productor. Aunque su vino cueste lo mismo que hace cuatro años, su propiedad ha aumentado de precio. Sin embargo, esto no le sirve a la hora de comprar el abono, pagar los jornales, en una palabra, a la hora de seguir produciendo. Esta valorización patrimonial, utilizada para calcular su deuda, se le vuelve en contra. Es el caso de aquellos productores que vendieron sus fincas para pagar. Aunque tenían arreglado el número con el Gerente, chocaron porque la tasación de la finca se les volvió en contra y, a su vez, el cluster jurídico del Banco Nación determinó que en vez de cobrar el 3%, como indica la resolución para pequeños y medianos productores, sería del 18% al 25%, como cobraron en algunos casos en concepto de honorarios que se le sumaron a la deuda.

En el otro extremo de los casos, tenemos productores que durante quince años tuvieron granizo y no se les permite acceder a doce años más para refinanciar la deuda. En este caso, las autoridades gerenciales del más alto nivel del Banco Nación en lugar de restarles el daño climático a la cuenta, se lo sumaron todo y le rematan la finca. Si tuviéramos que contar todos los casos del Banco Nación en Mendoza, todas las denuncias que realizamos, esta carta sería interminable. Pero hay algo que no puede dejar de denunciarse. Esta situación favorece a la concentración económica que da como resultado 100.000 hectáreas menos en una década en nuestra Provincia, más un 70% de los productores que quedaron a pié y que no pudieron acceder al Crédito Mendocino por falta de garantía.

Históricamente, el segmento de productores que desde hace quince años opera con el Banco Nación tenía cierta gimnasia bancaria y disciplina financiera; pero no le alcanzó para afrontar los desastres de nuestros genios de la economía. En el Valle de Uco tenemos un caso paradigmático: un productor que debía $4.000 por diferencia del CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), habiendo perdido competitividad en el quebranto del ’90, quedó afuera, y hoy su saldo contable es de $120.000.

Señor Gobernador, si esto no es injusticia, la injusticia dónde está. Le solicitamos que genere soluciones estructurales para los productores como lo han hecho otras provincias que han comprado su saldo contable con una rebaja del 30% y le han refinanciado a los productores a largo plazo y en condiciones que recuperan al productor.

Esto tiene una solución política: o seguimos concentrando la economía y el suelo pasa a ser de los inversores; o rescatamos a los productores genuinos y honramos nuestra red social generada por nuestros productores que cuidan el suelo, el agua y promueven el desarrollo local.

Esto no es culpa de los dirigentes rurales, menos aún de los productores, pero nos hemos cansado de que tantos funcionarios y abogados humillen a nuestros pares. Esto debe tener una solución rápida.

Esperamos ser escuchados, de lo contrario seguiremos perdiendo recurso humano de nuestros campos.