En uno de sus Aguafuertes publicados por el diario El Mundo en 1929, el ahora célebre escritor Roberto Arlt dio un indicio preciso sobre por qué se le dice la cana a la policía. Según su versión, por entonces degeneró en esas dos palabras la voz de aviso en los campitos sobre la llegada del comisario Racana, famoso por sus razzias a los jóvenes que jugaban al fútbol. ¡Ahí viene Racana!, gritaban los pibes. Con el paso del tiempo, aquel alerta terminó conformando la idea de la cana. Hoy habría que agregarle algunos otros pseudónimos más: yuta, cobani, ratis, gorra
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