Resulta una paradoja recordar las fervientes palabras de una dirigencia motivada por el Centenario, de que se iba a luchar por un lugar en el Nacional B y que hoy comience a transitar dos categoría menos que la apuntada.
Eso fue lo que describe a Gimnasia y Esgrima, un club que pensó en ascender, pero que culminó su campaña con un descenso. Hoy con la historia una vez escrita, sus hinchas criticarán o valorarán distintas medidas o fallos, pero lo que si nadie puede objetar, es que todo el mundo de Gimnasia se ilusionó.
Gimnasia ha descendido y esta es parte de su historia en la temporada 08/09 del Argentino A:
La ilusión en marcha.
Todo arrancó un día de invierno, el 1º de julio para se más preciso, en el piso 14 del Hotel Premium Tower, se presentaba el ambicioso proyecto de una dirigencia que creía en ello, apoyado por todos los simpatizantes del Lobo.
El plan era simple, subir un escalafón. Era muy costoso y trabajoso por cierto, pero las ganas y la voluntad estarían presentes. El ascenso era la meta señalada, el cuerpo técnico el sendero que guiaba, los jugadores y refuerzos las herramientas y los hinchas el apoyo y aliento. Todos factores que existían, pero que opacaron su deslumbramiento inicial.
Y esa potente luz duró tan sólo poco más de un mes. Después la oscuridad fue envolviendo al club que supo ser en una época embajador de Mendoza.
Este famoso proyecto, fue encabezado por Gustavo Orellano, técnico que continuaba, y con razón, por haber salvado a Gimnasia del descenso, cuando estaba condenado.
Avance y retroceso:
El arranque del Chueco y sus pupilos fue demoledor. Cuatro victorias y una derrota, depositaban al conjunto Blanquinegro en lo más alto de la Zona C. Si bien su juego no descollaba, el Lobo se las arreglaba para ganar, lo que motivaba al hincha a creer y más con el Centenario enmarcando ese contexto.
Luego llegó el bajón y la primera decisión errónea desde la dirigencia. Dos empates y tres derrotas seguidas, pusieron a Orellano en el ojo de la tormenta y las críticas de algunos hinchas recayeron sobre el Chueco.
Ante la presión de un fuerte sector de la hinchada y el empuje de algunos dirigentes, Orellano se despedía del Lobo, en la 12º fecha. Una clarita muestra de que en el fútbol no existen los proyectos a largo plazo, ni el sustento en los procesos.
Así se retiraba el primer técnico de la campaña, Gustavo Orellano, injustamente repudiado por un sector del mundo Gimnasista.
Su récord fue de cuatro triunfos, dos igualdades y cuatro derrotas.
Malas decisiones:
Luego de un corto interinato de Mancini, los dirigentes presentaron a Raúl Rogel, hombre de la casa pero no tan querido por los hinchas para hacerse cargo de Gimnasia y el 18 de noviembre comenzó su proceso, bajo la frase vengo a pelear por el ascenso. Pero su debut no fue nada bueno, ya que su equipo perdió como local ante Racing de Córdoba.
Fueron ocho los partidos que dirigió Rogel, con cinco derrotas, un empate y dos victorias, registro que diluyó por completo aquel sólido anhelo del ascenso. A esa altura los jugadores comenzaron a ser el eje de las críticas, al igual que los dirigentes, por lo que los hinchas comenzaron a expresar su disconformismo y fastidio.
En el medio de la gestión de Rogel al frente del equipo de Gimnasia, llegaron los insultos y reproches de los hinchas, coronado por un apriete que sufrió el plantel en Las Carmelitas. Además los pésimos resultados futbolísticos, empujaron a Rogel al abismo luego de la paliza que recibió por parte de Alumni en el Legrotaglie por 5 a 2. Otra caída más y otro entrenador que dejaba la banca.
¿Acaso era necesario arriesgar la cabeza de un técnico que nunca convenció a la gente del Lobo? La respuesta era evidente. La dirigencia había cometido un nuevo desacierto.
Un Lobo moribundo:
Para encarar los 13 partidos restantes, la comisión directiva estuvo negociando con Luis Blanco, que se ha ganado el mote del salvador. Las exigencias del hombre que hoy milita en Los Andes fueron muy altas, por ende Ricardo Dillon, fue el hombre escogido por la cúpula.
El Cogote ya había tenido un fugaz paso por Gimnasia como entrenador, que fue en la temporada 06/07. La situación era muy similar, con Gimnasia prácticamente hundido en el descenso, hecho que se consumó tras la dolorosa derrota ante Independiente Rivadavia por 2 a 1, pero que por cuestiones extra-futbolísticas que forman parte de otro debate, evitaron que Gimnasia caiga en el Argentino B.
Si bien las chances matemáticas afirmaban que el Mensana podía aspirar por la clasificación, el fútbol exhibido por los cuestionados jugadores, no ratificaban ese planteo. Por eso el objetivo de Dillon era el mismo que hace dos años atrás, salvar a Gimnasia.
El ex entrenador de Desamparados, era conciente de la brasa caliente que se animó a tomar y que había que pelearla con los despojos que quedaban.
El camino que recorrió el Lobo fue demasiado espinoso. Fue permanentemente castigado por los rivales, resultados y principalmente hinchas. Nunca se pudo encontrar una identidad de juego y el equipo llegó al fondo de su nivel futbolístico. Aparte los jugadores estaban inmersos en un mar de críticas, se notaba falta de actitud en algunos y hasta los dirigentes planearon darle de baja a seis futbolistas, algo que impidió Dillon.
Las amenazas de los barras eran más frecuentes y hasta se llegó a la agresión física en un entrenamiento. Pero esas amenazas y reprimendas no iban mejorar a los jugadores, es más, influía mal anímicamente.
La campaña de Ricardo Dillon fue un fracaso. Sumó siete partidos perdidos, cinco empates y apenas una victoria. Fecha tras fecha el equipo solo sumaba preocupaciones y se acercaba más al precipicio. Pero por suerte para la institución Blanquinegra, otros equipo se había suicidado antes.
El principio del fin:
Finalmente la mala suerte, las deficiencias y las riñas, depositaron a Gimnasia y Esgrima en la promoción para mantener su lugar en el Argentino A.
El Lobo tuvo que aguardar más de un mes para el primer partido y apenas días antes de ese choque, pudo saber quién sería su rival. Durante ese lapso mucho se especuló sobre el tiempo de espera, la larga inactividad y la preparación del equipo. Es más en parte se le cuestionó a Dillon que les brindara unas mini vacaciones a los golpeados jugadores.
Y en definitiva llegó el momento, 7 de junio indicaba el calendario y era el día más relevante de la campaña. Ya no importaban los malos resultados, ya no se recordaba la idea del ascenso, ya eran historia las incidencias entre los hinchas y los dirigentes-jugadores. Todo era blanco y negro y el grito de guerra uno solo.
En Córdoba no se pudo. El combinado del Lobo perdía 2 a 1 en tierras mediterráneas y comenzaba a brotar la incertidumbre. La ventaja deportiva era importante. Con tan sólo ganar, Gimnasia permanecía en la tercera categoría del fútbol argentino y si empataba o perdía, mejor no preguntarlo.
La cancha rebalsaba. La mitad del parque se había dado cita en el Víctor Legrotaglie, ese nombre que alegró tantos corazones Blanquinegros y que su dueño fue ovacionado antes del puntapié inicial.
Todo lo sucedido después, fue nerviosismo, la desesperanza y al final la penumbra. El Lobo perdía 2 a 0 contra Sportivo Belgrano de San Francisco, verdugo de un nuevo descenso de Gimnasia al Argentino B.
El partido no terminó como el fútbol lo permite. El final con escándalo, marcó una nueva frustración en la vida de este viejo Lobo.
¿Culpables? Los hinchas se descargarán con los que para ellos son, pero a las responsabilidades no hay que esquivarlas y dentro del Lobo hay muchos. Los jugadores principalmente, porque son los encargados de transpirar la camiseta y ponerla en lo alto.
El cuerpo técnico, porque debe encajar un mensaje y motivar a sus tropas. La dirigencia, por haber tomado decisiones que no eran las correctas en los momentos críticos. Y la hinchada, por haber reaccionado de la peor manera ante tanta impotencia.
Ahora con una dirigencia renovada, Gimnasia deberá encarar una nueva etapa en su vida como club, pero esta vez lo hará en una categoría inferior, el Argentino B, lejos de aquel paraíso con el que se fantaseó un 1º de julio de 2008.
Temporada 08/09: Sumando los partidos de la promoción, Gimnasia diputó 34 partidos, los cuales ganó 7, empató 7 y perdió 19, con 31 goles a favor y 52 en contra.
Como local: 6 victorias, 3 empates y 7 derrotas. Anotó 16 goles y recibió 21.
vs. Juv. Unida (SL) 1-0.
vs. Alumni 1-0.
vs. Desamparados 3-2.
vs. Talleres (P) 0-0.
vs. Juv Antoniana 1-2.
vs. Racing (Cba) 0-1.
vs. Dep. Maipú 0-2.
vs. Central Córdoba 2-1.
vs. Juv Unida (SL) 1-0
vs. Alumni 2-5.
vs. Desamparados 0-0.
vs. Talleres (P) 4-0.
vs. Juv. Antoniana 0-1.
vs. Racing (Cba) 0-0.
vs. Dep. Maipú 0-3.
vs. Central Córdoba 1-2.
Promoción: vs. Sportivo Belgrano (SF) 0-2.
Como visitante: 1 victoria, 5 empates y 10 derrotas. Anotó 15 goles y recibió 31
vs. Juv. Antoniana 2-1.
vs. Racing (Cba) 1-2.
vs. Dep. Maipú 1-2.
vs. Central Córdoba 1-3.
vs. Juv. Unida (SL) 0-2
vs. Alumni 0-2.
vs. Desamparados: 1-1.
vs. Talleres (P) 0-1.
vs. Juv Antoniana 2-3.
vs. Racing (Cba) 0-0.
vs. Dep. Maipú 2-4.
vs. Central Córdoba 1-1.
vs. Juv Unida (SL) 0-1.
vs. Alumni 1-3.
vs. Desamparados 1-2.
vs. Talleres (P) 1-1.
Promoción: vs. Sportivo Belgrano (SF) 1-2.