La verdadera hierba medicinal: limpia tu cuerpo y mejora tu ánimo
Es una hierba simple, que muchos subestiman hasta probarla. Mejora el cuerpo, aclara la mente y suaviza las emociones.

Se trata de una hortaliza poderosa con múltiples formas de consumo. Foto: Archivo
Hay una hierba que cuesta poco y se prepara en minutos. Se trata del apio, y su zumo en ayunas revoluciona el cuerpo y mejora el ánimo. El jugo de apio actúa directamente en el sistema digestivo. Regenera las glándulas del estómago, ayuda a producir ácido clorhídrico y mejora la descomposición de grasas y proteínas. Muchos lo usan para aliviar el reflujo, la gastritis y hasta molestias por hernia hiatal. Todo eso sin necesidad de pastillas.
Una hierba con grandes propiedades
También es un aliado poderoso del hígado. Lo limpia, lo fortalece y ayuda a liberar bilis de forma natural. Esto no solo mejora la digestión, también reduce la hinchazón abdominal, el cansancio después de comer y la pesadez que muchos sienten a diario sin saber la causa.
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El sistema nervioso se nutre directamente con este jugo. Aporta minerales y electrolitos que no se encuentran fácilmente en otros alimentos. Mejora la claridad mental, ayuda a enfocarse y también calma los nervios. Ideal para quienes sufren de ansiedad, insomnio o bajones de energía a lo largo del día.
Uno de sus efectos más mencionados es la limpieza profunda del organismo. El zumo de apio arrastra metales pesados, virus y bacterias que se acumulan sin darnos cuenta. Esa limpieza ayuda al sistema inmune a trabajar mejor y previene enfermedades silenciosas que a veces tardan años en mostrar síntomas.
Además, tiene impacto directo sobre la piel. Ayuda con problemas como acné, eccema, psoriasis e inflamaciones que parecen eternas. Al limpiar el intestino y el hígado, también mejora lo que se ve por fuera. La piel luce más clara, más pareja y menos irritada sin necesidad de productos costosos.
Cómo tomarlo
Se recomienda tomar entre 500 ml y un litro por la mañana, con el estómago vacío. Luego hay que esperar unos 20 minutos antes de desayunar. Esto da tiempo a que el cuerpo absorba todos los nutrientes sin interferencias. Y ahí empieza la transformación, lenta pero segura.