Revelaremos el verdadero secreto de la cocina guaraní: sopa paraguaya

La sopa paraguaya es una receta emblemática de la cocina paraguaya que, a pesar de su nombre, no es líquida como otras sopas, sino que se presenta en forma de torta salada. Este plato combina ingredientes sencillos con una historia rica en cultura y tradición. Cada bocado evoca la calidez de los hogares guaraníes y el ingenio culinario del Paraguay colonial.
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Siguiendo el paso a paso, descubrirás cómo preparar este manjar típico que ha traspasado fronteras y generaciones. No solo es deliciosa, también es ideal para acompañar cualquier comida, o incluso para disfrutarla sola, como aperitivo, desayuno o merienda. La sopa paraguaya representa el alma gastronómica del país, y prepararla en casa es una excelente manera de conocer un poco más de su historia y de sus sabores auténticos.
Este plato tiene sus raíces en tiempos coloniales, cuando se mezclaban ingredientes indígenas con influencias europeas. Existen muchas versiones sobre su origen, pero la más popular cuenta que fue creada accidentalmente por una cocinera del entonces presidente Don Carlos Antonio López. La sopa que debía preparar quedó demasiado espesa, por lo que decidió hornearla. Así nació este plato inconfundible, que hoy es parte del orgullo nacional y símbolo de la cocina casera del Paraguay. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
500 g de harina de maíz (fina o mediana), 500 g de queso Paraguay o queso fresco semiduro, 2 cebollas grandes, 5 huevos, 300 ml de leche, 200 ml de crema de leche (nata), 200 g de manteca o mantequilla, 1 cucharada de sal, 1 cucharadita de pimienta negra molida, 1 cucharadita de polvo de hornear, opcionalmente una pizca de comino y ají molido al gusto.
Procedimiento
- Comienza pelando y picando finamente las cebollas. En una sartén grande, derrite unos 50 g de la manteca a fuego medio y sofríe las cebollas hasta que estén transparentes, suaves y ligeramente doradas. Esto tomará unos 10 minutos. Una vez listas, retíralas del fuego y déjalas enfriar un poco.
- En un bol grande, bate los huevos hasta que estén espumosos. Agrega la leche y la crema de leche. Mezcla bien hasta integrar completamente. Añade la manteca restante derretida (reservando un poco para engrasar el molde), la sal, la pimienta y, si deseas, el comino y el ají molido para darle un toque más especiado.
- Desmenuza el queso en trozos medianos, cuidando que se mantengan algunos pedazos visibles, ya que al hornearse aportan textura y sabor. Incorpóralo a la mezcla anterior junto con las cebollas ya cocidas. Mezcla todo suavemente con una cuchara de madera o espátula.
- Poco a poco, incorpora la harina maíz a la mezcla líquida, revolviendo constantemente para evitar grumos. Añade también el polvo de hornear. La consistencia final debe ser espesa pero homogénea, parecida a una masa de torta espesa. Si queda demasiado seca, puedes agregar un poco más de leche; si queda muy líquida, un poco más de harina.
- Engrasa bien una fuente rectangular o redonda para horno con manteca o aceite, procurando cubrir también los bordes para evitar que la sopa se pegue.
- Vierte la preparación en el molde, distribuyéndola de forma pareja con una espátula. Lleva al horno precalentado a 180°C y cocina durante aproximadamente 45 a 60 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y al insertar un cuchillo este salga limpio.
Una vez lista, retira la sopa paraguaya del horno y déjala reposar unos 10 a 15 minutos antes de cortarla. Esto ayuda a que tome firmeza y sea más fácil de servir.
La sopa paraguaya es mucho más que una simple torta salada: es una joya culinaria cargada de historia y sabor. Su textura suave por dentro, con un toque crocante en la superficie, y su sabor equilibrado entre el queso, el maíz y la cebolla, hacen de este plato una delicia difícil de olvidar. Además, su versatilidad permite servirla como acompañamiento de asados, ensaladas o incluso como un plato principal en un almuerzo ligero. Prepararla en casa es una manera ideal de acercarse a la cultura paraguaya y compartir un pedazo de su identidad con familia y amigos. ¡Y a disfrutar!