El destino de la herencia millonaria de Liam Payne sorprende a todos
Liam Payne dejó atrás una herencia, calculada en 24,3 millones de libras. Su patrimonio incluye propiedades, autos de colección y objetos personales con alto valor sentimental y económico. Sin embargo, nunca dejó por escrito una declaración que indicara qué hacer con todo lo acumulado durante sus años de fama.
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De acuerdo con los informes publicados el 7 de mayo, las autoridades legales ya tomaron una decisión definitiva. Al no existir un testamento firmado, la ley británica tuvo que intervenir. En este tipo de casos, la normativa indica que el heredero directo debe ser el cónyuge, si la relación está legalmente reconocida.
En el caso de Liam Payne, no tenía un matrimonio vigente al momento de su fallecimiento. Aunque mantenía una relación sentimental, no existía un registro civil que validara esa unión. Por lo tanto, la pareja actual del artista no aparece entre los beneficiarios de la herencia.
Ante esta situación, la herencia pasa directamente al siguiente en la línea legal: su hijo Bear. El pequeño, de tan solo 8 años, es fruto de la relación que el cantante sostuvo con Cheryl Cole. Su historia comenzó en televisión, cuando él audicionó en The X Factor y ella era parte del jurado. Años más tarde, en 2016, iniciaron una relación sentimental que duró poco más de dos años.
Bear nació en 2017, y desde entonces se mantuvo como el centro de atención y cariño de ambos padres. Aunque sus progenitores tomaron caminos distintos, siempre manifestaron su intención de proteger al menor de cualquier conflicto mediático. Ahora, Bear se convierte en el único heredero de uno de los íconos del pop británico.
Dado que Bear aún es menor de edad, su madre asumirá la responsabilidad de cuidar la fortuna en su nombre. Pero no estará sola. La administración legal del patrimonio se compartirá con Richard Mark Bray, un abogado con amplia experiencia en el manejo de bienes de celebridades. Juntos tendrán la tarea de preservar y distribuir los recursos hasta que el niño cumpla la mayoría de edad.
No tendrán libertad total sobre la herencia. Las leyes británicas estipulan que el dinero no puede usarse para otros fines que no beneficien directamente al heredero. Eso incluye la educación, salud, seguridad y bienestar general del menor. Cualquier decisión deberá contar con respaldo documental que justifique el uso del capital.