Fainá tradicional: la guarnición infaltable de toda buena pizza

El fainá es uno de esos platos que, aunque simple en su preparación, tiene una historia y una tradición que lo hacen único. De origen genovés, esta torta salada elaborada con harina de garbanzos llegó al Río de la Plata de la mano de los inmigrantes italianos. En Argentina y Uruguay, se transformó en un clásico inseparable de la pizza: el famoso "pizza con fainá", donde se sirve una porción de fainá encima de una porción de pizza, combinando lo crujiente y lo cremoso en un solo bocado.

A pesar de su sencillez —solo necesita agua, harina de garbanzos, aceite, sal y pimienta—, el secreto del fainá está en el equilibrio de texturas: una superficie dorada y crocante, con un interior suave, casi cremoso. Es una preparación naturalmente sin gluten y muy versátil, ya que puede servirse como entrada, acompañamiento o incluso como plato principal con una ensalada.

El fainá es también un ejemplo perfecto de cocina de aprovechamiento y economía: ingredientes económicos, fáciles de conseguir y una preparación que no exige equipos especiales. Solo se necesita un horno bien caliente, una fuente adecuada y un poco de paciencia para dejar reposar la mezcla. Esta combinación de simplicidad, sabor y tradición lo convierte en un plato querido y presente en muchas mesas, especialmente durante reuniones familiares o cenas informales. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes

250 g de harina de garbanzos, 750 ml de agua, 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharadita de sal, pimienta negra recién molida a gusto, aceite extra para engrasar el molde.

Procedimiento

1. En un bol grande, coloca la harina de garbanzos. Agrega la sal y la pimienta negra a gusto. De a poco, comienza a verter el agua mientras mezclas constantemente con un batidor de mano o eléctrico, evitando que se formen grumos. Es importante que incorpores todo el líquido hasta lograr una mezcla homogénea y algo líquida, similar a la consistencia de una crema liviana.
2. Una vez integrada la mezcla, tapa con un repasador limpio o con film y deja reposar a temperatura ambiente por al menos 1 hora. Este paso es fundamental: permite que la harina de garbanzos se hidrate bien y que el sabor se desarrolle. Si dispones de más tiempo, puedes dejar reposar hasta 2 horas.
3. Enciende el horno a temperatura alta, unos 220 °C, con calor de abajo y arriba si es posible. Mientras se calienta, coloca una pizzera metálica o fuente para horno en la rejilla más baja del horno. Esta debe precalentarse también, ya que el golpe de calor ayuda a que el fainá quede con la base bien crocante.
4. Cuando el horno y la fuente estén bien calientes, retira con cuidado la pizzera y agrega un buen chorro de aceite para cubrir la base. Vuelca la mezcla del fainá sobre el aceite caliente y llevar inmediatamente al horno.
5. Cocina durante 30 a 35 minutos, o hasta que la superficie esté bien dorada y levemente agrietada. El borde debe quedar crocante y el centro apenas húmedo. Si deseas un acabado más dorado, puedes encender el grill durante los últimos 5 minutos.

Retira del horno y deja reposar unos minutos antes de cortar. Puede servirla en porciones triangulares, como pizza, o en rectángulos si se utilizó una fuente cuadrada. Es ideal para acompañar una buena pizza o saborear con unas aceitunas y una copa de vino.

El fainá es un clásico de la cocina simple y sabrosa, con raíces mediterráneas y alma rioplatense. Con pocos ingredientes y una preparación sin complicaciones, ofrece un resultado delicioso y reconfortante. Perfecto para compartir, acompañar o degustar solo, el fainá siempre tiene un lugar en la mesa. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.