Presenta:

La planta que nadie le presta atención y que es un tesoro para que florezca durante todo el año

Fácil de cuidar, resistente y con floración constante, esta planta se convierte en la aliada perfecta para tener color en casa los doce meses.
En un mundo donde el tiempo escasea y la necesidad de bienestar crece, esta flor se convierte en una opción perfecta Foto: Shutterstock
En un mundo donde el tiempo escasea y la necesidad de bienestar crece, esta flor se convierte en una opción perfecta Foto: Shutterstock

Es posible que esté en una maceta del balcón, en la entrada de casa o en algún rincón del jardín. Y lo más probable es que no sepas que tenés en tus manos una de las plantas más agradecidas y resistentes que existen. Hablamos de la gerbera, también conocida como margarita africana, una especie que puede ofrecer flores durante todo el año con unos cuidados mínimos.

Esta planta de aspecto sencillo y colores vibrantes se ganó un lugar en miles de hogares no solo por su belleza, sino por su capacidad de adaptarse a distintos climas y espacios. Originaria de África, la gerbera es ideal tanto para interiores como para exteriores. Su secreto está en su fortaleza: es capaz de resistir cambios de temperatura, se adapta a la luz indirecta y requiere poco riego.

A pesar de su sencillez, la gerbera es una planta que puede cambiar por completo la atmósfera de un hogar.

Cómo lograr que florezca sin pausa

El gran atractivo de esta especie es su capacidad de florecer varias veces en el año, incluso en estaciones en las que otras plantas entran en reposo. Para lograrlo, es fundamental ubicarla en un lugar con buena luminosidad, aunque sin exposición directa al sol en las horas más intensas. Si está en interior, lo ideal es un sitio cerca de una ventana orientada al este o al oeste.

En cuanto al riego, no necesita demasiada agua. El truco está en mantener la tierra húmeda, pero nunca encharcada. El exceso de agua puede afectar las raíces y frenar su crecimiento. Un sustrato bien aireado y el uso de fertilizantes cada 20 días en primavera y verano ayudan a que la planta mantenga su vitalidad y producción de flores constante.

Además, es clave retirar las flores marchitas y hojas secas para que la planta no derroche energía en mantener lo que ya no florecerá. Este pequeño gesto favorece el rebrote y prolonga el ciclo de floración.

La gerbera no solo es una planta generosa en flores, sino también en simbolismo. Se asocia con la alegría, la pureza y la energía positiva. Por eso, muchas personas la eligen para regalar o decorar espacios de trabajo y descanso. Sus tonos —que van del rojo intenso al amarillo suave, pasando por naranjas, rosados y blancos— hacen que se integre fácilmente a cualquier ambiente, sumando color sin saturar.

Es también una de las favoritas para quienes buscan llenar sus espacios de vida sin tener que destinar horas al cuidado de sus plantas. Por su bajo mantenimiento, suele recomendarse a personas mayores, principiantes en jardinería o quienes viven en departamentos.

Un sustrato bien aireado y el uso de fertilizantes cada 20 días en primavera y verano ayudan a que la planta mantenga su vitalidad y producción de flores constante.

Una planta noble que merece protagonismo

A pesar de su sencillez, la gerbera es una planta que puede cambiar por completo la atmósfera de un hogar. Aporta color, frescura y un ritmo natural que recuerda que, incluso en los meses más fríos o grises, es posible mantener la conexión con la naturaleza.

En un mundo donde el tiempo escasea y la necesidad de bienestar crece, esta flor se convierte en una opción perfecta: embellece, es resistente y responde con generosidad a los mínimos cuidados. Y lo mejor de todo es que, sin darnos cuenta, muchas veces ya la tenemos en casa. Solo hace falta prestarle atención y permitirle florecer todo el año.