Trucos y consejos para hornear madeleines perfectas
Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unas deliciosas madeleines con nuestra receta favorita e imbatible ¡manos a la obra!
Las madeleines son un ícono de la repostería francesa, conocidas por su característica forma de concha y su textura esponjosa y delicada. Este pequeño bizcocho, que se remonta al siglo XVIII, tiene sus raíces en la región de Lorena, donde se popularizó gracias a su asociación con la nobleza y los cafés parisinos. Desde entonces, las madeleines se han convertido en un símbolo de elegancia culinaria y tradición.

Lo que hace únicas a las madeleines no es solo su forma distintiva, sino también su sutil sabor a mantequilla y vainilla, acompañado ocasionalmente por notas cítricas de limón o naranja. Aunque a primera vista pueden parecer sencillas, preparar madeleines perfectas requiere atención al detalle, desde la técnica de batido para incorporar aire en la masa hasta el reposo en frío, que es clave para lograr el característico “bulto” en la superficie.
Estos pequeños bocados son ideales para acompañar una taza de té o café, y su versatilidad permite adaptaciones con ingredientes como chocolate, miel o especias. Tanto si eres un amante de la repostería como si buscas una preparación para impresionar, las madeleines son una deliciosa manera de disfrutar un toque de la gastronomía francesa en casa. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes
2 huevos grandes, temperatura ambiente, 100 g de azúcar granulada, 1 cucharadita de extracto puro de vainilla, 1 cucharadita de ralladura de limón (opcional, pero tradicional), 100 g de harina de trigo todo uso, tamizada, 1/2 cucharadita de polvo de hornear, 1 pizca de sal, 100 g de mantequilla sin sal, derretida y enfriada a temperatura ambiente, más extra para engrasar el molde, azúcar glass para espolvorear (opcional).
Procedimiento
- Engrasa generosamente los huecos del molde para madeleines con mantequilla derretida. Esto no solo ayuda a desmoldarlas fácilmente, sino que también aporta un ligero dorado a los bordes. Si lo prefieres, espolvorea una ligera capa de harina sobre la mantequilla para asegurarte de que no se peguen. Coloca el molde en el refrigerador mientras preparas la masa. Este paso de enfriar el molde ayuda a crear el característico “bulto”.
- En un bol grande, bate los huevos y el azúcar con una batidora eléctrica a velocidad media-alta durante 4-5 minutos. La mezcla debe volverse pálida, espesa y triplicar su volumen. Este paso es crucial, ya que el aire incorporado garantizará que las madeleines queden ligeras y esponjosas.
- Incorpora el extracto de vainilla y la ralladura de limón, mezclando suavemente con una espátula para no desinflar la mezcla.
- En otro bol, mezcla la harina, el polvo de hornear y la sal. Tamiza los ingredientes secos sobre la mezcla de huevo en tres tandas, incorporándolos con movimientos envolventes. Evita mezclar en exceso para no perder el aire incorporado.
- Añade la mantequilla derretida y enfriada poco a poco, vertiéndola en forma de hilo fino mientras mezclas suavemente. Asegúrate de que la mantequilla esté bien integrada, pero nuevamente, no mezcles demasiado.
- Cubre el bol con film plástico y refrigera la masa durante al menos 1 hora (idealmente 2-3 horas o incluso toda la noche). El reposo en frío es esencial para que la masa se asiente y se enfríe, lo que contribuye al característico bulto durante la cocción.
- Cuando estés listo para hornear, precalienta el horno a 200 °C (calor arriba y abajo, sin ventilador). Retira el molde del refrigerador y distribuye la masa en los huecos, llenándolos aproximadamente 3/4 de su capacidad. No es necesario extenderla, ya que se acomodará sola.
- Hornea las madeleines durante 8-10 minutos. Los primeros minutos a alta temperatura permiten que el bulto se forme rápidamente. Cuando veas que los bordes están dorados y al insertar un palillo en el centro este sale limpio, retíralas del horno.
- Deja que las madeleines se enfríen en el molde durante 2 minutos antes de desmoldarlas con cuidado. Colócalas sobre una rejilla para que se enfríen por completo.

Espolvorea azúcar glass sobre las madeleines antes de servir para un acabado clásico y elegante.
Estas delicias se saborean mejor el mismo día, pero pueden mantenerse frescas hasta 2 días en un recipiente hermético.
¡Y listo! tienes unas exquisitas madeleines que llevarán el espíritu de la repostería francesa a tu mesa. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.

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