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Receta de pechugas de pollo rellenas de espinacas y queso feta

Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unas deliciosas pechugas de pollo rellenas de espinacas y queso feta con nuestra receta favorita e imbatible.
Cómo hacer pechugas de pollo rellenas con espinacas y queso feta Foto: Shutterstock
Cómo hacer pechugas de pollo rellenas con espinacas y queso feta Foto: Shutterstock

Las pechugas de pollo  rellenas de espinacas y queso feta son una opción deliciosa y saludable que combina lo mejor de la cocina mediterránea. Esta receta destaca por su sencillez y equilibrio de sabores, ya que la suavidad del pollo se complementa perfectamente con el toque salado del queso feta y la frescura de las espinacas. El resultado es un plato nutritivo y elegante, ideal para una cena especial o una comida familiar.

La combinación de espinacas y queso feta es típica de la cocina griega, famosa por sus ingredientes frescos y saludables. Fuente: Shutterstock

El relleno cremoso de espinacas y queso feta no solo aporta sabor, sino que también añade valor nutricional gracias a las vitaminas y minerales de las espinacas, junto con las proteínas del pollo y el calcio del queso feta. Además, es versátil y permite ajustes según tus preferencias, como añadir otros ingredientes al relleno o acompañar el plato con una guarnición ligera.

La preparación es relativamente rápida y sencilla, aunque su presentación y sabor dan la impresión de ser un plato más sofisticado. Ya sea que estés buscando sorprender a tus invitados o simplemente disfrutar de una comida sabrosa y nutritiva, las pechugas de pollo rellenas de espinacas y queso feta son una excelente elección. ¡Vamos a la receta!

Aunque el queso feta es tradicional, puedes sustituirlo por otros quesos como mozzarella, ricotta o incluso queso de cabra. Fuente: Shutterstock

Ingredientes

4 pechugas de pollo (de tamaño mediano, deshuesadas y sin piel), 100 g de espinacas frescas (preferiblemente baby espinaca, que tiene un sabor más suave y una textura más tierna), 150 g de queso feta (desmenuzado), 2 dientes de ajo (finamente picados), 1 cucharada de aceite de oliva (extra virgen), 1 cucharadita de orégano seco, 1/2 cucharadita de tomillo seco, 1/2 cucharadita de pimentón dulce o ahumado (opcional, para darle un toque de color y sabor adicional), sal y pimienta al gusto, palillos de dientes (para cerrar las pechugas), 1/2 taza de caldo de pollo (o vino blanco para darle un toque más sofisticado), 1 cucharada de mantequilla (para dorar el pollo).

 

Procedimiento

  1. Lava las espinacas y sécalas bien. Asegúrate de quitar cualquier resto de tierra o impurezas. Si utilizas espinacas baby, no es necesario trocearlas, pero si utilizas espinaca común, puedes cortarlas en tiras gruesas.
  2. En una sartén grande, calienta una cucharada de aceite de oliva a fuego medio. Añade el ajo picado y sofríelo durante 1-2 minutos hasta que esté fragante, cuidando de no quemarlo.
  3. Agrega las espinacas a la sartén poco a poco, revolviendo constantemente hasta que se reduzcan en tamaño y se marchiten. Esto tomará unos 2-3 minutos. Si sueltan mucho líquido, retíralo con cuidado para evitar que el relleno quede demasiado húmedo.
  4. Retira la sartén del fuego y deja que las espinacas se enfríen un poco. Luego, mezcla las espinacas con el queso feta desmenuzado en un bol. Agrega sal y pimienta al gusto, pero ten en cuenta que el queso feta ya es salado, por lo que es mejor ser moderado con la sal.
  5. Toma las pechugas de pollo y, con un cuchillo afilado, haz un corte horizontal en el costado de cada pechuga, creando un bolsillo profundo sin cortar completamente el pollo. Debes tener cuidado de no perforar los lados para evitar que el relleno se salga.
  6. Sazona ambos lados de las pechugas con sal, pimienta, orégano, tomillo, y si lo deseas, un poco de pimentón para darles color.
  7. Rellena cada pechuga con la mezcla de espinacas y queso feta. Usa una cuchara para llenar bien los bolsillos de las pechugas y asegúrate de presionar ligeramente para que el relleno se distribuya de manera uniforme. Cierra las pechugas con palillos de dientes, asegurándote de que el relleno no se salga durante la cocción.
  8. Precalienta una sartén grande a fuego medio-alto. Añade una cucharada de mantequilla y deja que se derrita.
  9. Coloca las pechugas rellenas en la sartén caliente y dora por ambos lados durante unos 4-5 minutos por lado, hasta que estén doradas y crujientes. No te preocupes si no están completamente cocidas en este punto, ya que terminarán de cocinarse en el horno o con el caldo.
  10. Si prefieres cocinarlas en el horno, una vez doradas, transfiere las pechugas a una fuente para horno y cúbrelas con papel aluminio. Hornea a 180°C (350°F) durante unos 15-20 minutos, o hasta que el pollo esté completamente cocido y alcance una temperatura interna de 74°C (165°F). Si decides terminarlas en la sartén, después de dorarlas, agrega 1/2 taza de caldo de pollo o vino blanco a la sartén. Cubre la sartén con una tapa y reduce el fuego a medio-bajo. Cocina las pechugas durante 8-10 minutos adicionales, hasta que estén bien cocidas.
Las pechugas rellenas se pueden preparar con anticipación y congelar, lo que las convierte en una opción práctica para comidas rápidas. Fuente: Shutterstock

Una vez cocidas, retira los palillos de dientes con cuidado y deja reposar las pechugas durante unos minutos antes de servirlas para que los jugos se redistribuyan. Puedes acompañar este plato con una ensalada verde, arroz blanco, o puré de papas para completar la comida.

Para una presentación más sofisticada, corta las pechugas rellenas en rodajas gruesas y colócalas sobre una cama de arroz o couscous. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a [email protected] te contestaremos a la brevedad.