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Receta fácil de croquetas de calabacín y queso feta

Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unas deliciosas croquetas de calabacín y queso feta con nuestra receta favorita e imbatible.
Cómo hacer croquetas de calabacín y queso feta caseras Foto: Shutterstock
Cómo hacer croquetas de calabacín y queso feta caseras Foto: Shutterstock

Las croquetas de calabacín y queso  feta on una exquisita opción para quienes buscan un plato que combine sabor y frescura con una textura crujiente y un interior suave. Esta receta es ideal para disfrutar como aperitivo, acompañamiento o incluso como plato principal. La combinación del calabacín, un vegetal ligero y versátil, con el queso feta, conocido por su sabor salado y cremosidad, crea una armonía de sabores que resulta irresistible.

Las croquetas son originarias de Francia, pero su versión con calabacín y queso feta refleja una fusión mediterránea que combina ingredientes típicos de la cocina griega. Fuente: Shutterstock

El calabacín aporta una base suave y húmeda, mientras que el queso feta añade un toque distintivo que contrasta perfectamente. Además, estas croquetas son fáciles de preparar y se pueden adaptar a diferentes gustos y preferencias, lo que las convierte en una opción versátil en cualquier menú.

Se requieren ingredientes sencillos, es perfecta para aprovechar productos frescos de temporada. La preparación de las croquetas incluye un proceso de empanizado que garantiza una capa exterior dorada y crujiente, mientras que el interior permanece tierno y lleno de sabor. Estas croquetas no solo son deliciosas, sino que también son una excelente manera de incorporar más vegetales en tu dieta de una forma creativa y apetitosa. ¡Vamos a la receta!

Esta receta es ideal para quienes siguen una dieta vegetariana, ya que combina proteínas vegetales del calabacín con la proteína del queso feta. Fuente: Shutterstock

Ingredientes

Para las croquetas: 2 calabacines medianos (aproximadamente 400 g), 150 g de queso feta, 1 huevo grande, 50 g de pan rallado, 1 diente de ajo, 2 cucharadas de perejil fresco picado, 1 cucharadita de sal, 1/2 cucharadita de pimienta negra, 1/2 cucharadita de comino molido, 2-3 cucharadas de harina de trigo.

Para el empanizado: 100 g de pan rallado, 2 huevos batidos, 50 g de harina de trigo.

Para freír: aceite de oliva o aceite vegetal.

 

Procedimiento

  1. Lava bien los calabacines y rállalos utilizando un rallador de agujeros grandes. Coloca el calabacín rallado en un colador y espolvorea con una pizca de sal. Deja reposar durante 10-15 minutos para que suelte el exceso de agua.
  2. Después, presiona el calabacín con las manos o con una toalla limpia para eliminar la mayor cantidad de líquido posible. Esto es crucial para evitar que las croquetas queden demasiado húmedas y difíciles de manejar.
  3. En un bol grande, desmenuza el queso feta con las manos o un tenedor hasta que esté bien desmigajado.
  4. Añade el calabacín bien escurrido, el ajo picado finamente, el huevo, el perejil, el comino, la sal y la pimienta. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados.
  5. Incorpora el pan rallado poco a poco, mezclando bien después de cada adición. Si la mezcla está demasiado húmeda, añade una o dos cucharadas de harina hasta obtener una masa que se pueda moldear con las manos.
  6. Con las manos ligeramente húmedas para evitar que la mezcla se pegue, toma porciones de la mezcla y forma bolas del tamaño de una nuez. Luego, aplánalas ligeramente para darles forma de croqueta.
  7. Pasa cada croqueta primero por la harina, asegurándote de que esté bien cubierta. Sacude el exceso.
  8. Luego, sumérgelas en el huevo batido y, finalmente, cúbrelas con el pan rallado. Asegúrate de que cada croqueta esté bien empanizada para lograr una textura crujiente al freír.
  9. Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto. El aceite debe estar caliente, pero no humeante, para que las croquetas se frían uniformemente sin quemarse.
  10. Fríe las croquetas en tandas, evitando abarrotar la sartén. Cocínalas durante unos 2-3 minutos por cada lado o hasta que estén doradas y crujientes. Una vez fritas, retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
La combinación de calabacín fresco y queso feta crea una croqueta con una textura interesante: crujiente por fuera y suave, pero ligeramente granulosa por dentro, gracias al queso. Fuente: Shutterstock

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Sirve las croquetas calientes, acompañadas de una salsa de yogur con hierbas, una ensalada fresca o simplemente solas como un delicioso aperitivo.

Estas croquetas de calabacín y queso feta son una verdadera delicia. Son crujientes por fuera, tiernas por dentro y llenas de sabor. Además, son bastante versátiles y pueden adaptarse a diferentes gustos, añadiendo o cambiando algunos condimentos según tus preferencias. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a [email protected] te contestaremos a la brevedad.