Las mejores rosquillas de anís: ingredientes, preparación y secretos
Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unas deliciosas rosquillas de anís con nuestra receta favorita e imbatible.
Las rosquillas de anís son un dulce tradicional que tiene un lugar especial en la repostería de muchas culturas. Con su distintivo sabor a anís, estas pequeñas delicias ofrecen un equilibrio perfecto entre dulzura y un toque aromático que las hace irresistibles. Originarias de España, las rosquillas de anís se han convertido en un símbolo de la repostería casera, apreciadas tanto en celebraciones festivas como en momentos cotidianos. La combinación de anís con una textura suave y crujiente hace que estas rosquillas sean un acompañamiento ideal para el café o el té.
Las rosquillas de anís son bastante simple y accesible, requiriendo ingredientes que se encuentran comúnmente en la despensa. La masa, que se mezcla de manera rápida y fácil, se moldea en pequeñas rosquillas antes de ser horneada hasta alcanzar un dorado perfecto. Aunque pueden disfrutarse solas, también es común rebozarlas en azúcar para un extra de dulzura. El resultado es un dulce que no solo encanta por su sabor, sino también por su aroma característico que llena la cocina, invitando a disfrutar de un momento de placer sencillo y delicioso. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
Para la masa: 500 g de harina de trigo (puedes usar harina todo uso), 150 g de azúcar, 2 huevos grandes, 100 ml de aceite de oliva suave o aceite de girasol, 50 ml de anís (puede ser anís en grano o licor de anís), 1 sobre de levadura en polvo (16 g), 1 pizca de sal
Para decorar (opcional): azúcar glass (azúcar impalpable) para espolvorear, azúcar normal para rebozar (opcional).
Procedimiento
- Enciende el horno y precaliéntalo a 180°C (350°F).
- En un bol grande, mezcla la harina con la levadura en polvo y la pizca de sal.
- En otro bol, bate los huevos y agrégales el azúcar. Continúa batiendo hasta que la mezcla esté suave y cremosa.
- Añade el aceite de oliva o de girasol y el anís. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados.
- Haz un hueco en el centro de la mezcla de harina y vierte los ingredientes líquidos.
- Con una cuchara de madera o una espátula, mezcla suavemente hasta que los ingredientes se unan y formes una masa homogénea. La masa debe ser algo pegajosa, pero manejable. Si está demasiado seca, puedes añadir un poco más de anís o un chorrito de agua.
- Enharina ligeramente tus manos para evitar que la masa se te pegue. Toma pequeñas porciones de masa y forma bolitas.
- Con el dedo índice, haz un agujero en el centro de cada bolita para formar una rosquilla. Trata de que el agujero sea de tamaño uniforme para que se cocinen de manera pareja. Si prefieres, puedes hacer las rosquillas en forma de "8" o en cualquier otra forma que te guste.
- Coloca las rosquillas en una bandeja de horno cubierta con papel pergamino. Asegúrate de dejar un poco de espacio entre ellas para que puedan expandirse sin pegarse.
- Hornea en el horno precalentado durante 15-20 minutos o hasta que estén doradas y firmes al tacto. La cocción puede variar según el tamaño de las rosquillas, así que vigílalas para evitar que se quemen.
Una vez que las rosquillas estén listas, sácalas del horno y déjalas enfriar en una rejilla. Si deseas, puedes rebozarlas en azúcar normal mientras aún están tibias para un toque extra de dulzura, o espolvorearlas con azúcar glass una vez que estén completamente frías.
Las rosquillas de anís se conservan bien en un recipiente hermético durante varios días. Puedes saborear de ellas solas o acompañadas con una bebida caliente. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.