Deliciosos croissants de mantequilla: receta fácil para hacer en casa
Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unos deliciosos croissants de mantequilla con nuestra receta favorita e imbatible.
Los croissants de mantequilla son un emblema de la pastelería francesa, conocidos por su textura ligera, hojaldrada y su sabor rico en mantequilla. Originarios de Austria, aunque perfeccionados en Francia, estos panes en forma de media luna han conquistado paladares en todo el mundo. Preparar croissants en casa es un verdadero arte que requiere paciencia y técnica, pero el resultado es una recompensa incomparable: capas finas y crujientes que se deshacen en la boca, revelando un interior suave y mantecoso.
La clave para un buen croissant radica en la calidad de los ingredientes y el proceso de laminado, donde la masa se pliega repetidamente con mantequilla para crear las finas capas características. Aunque puede parecer intimidante, siguiendo el paso a paso y un poco de práctica, cualquier amante de la repostería puede dominar esta técnica.
Ideal para desayunos o meriendas, los croissants de mantequilla son versátiles y se pueden disfrutar solos, con un toque de mermelada o incluso rellenos de queso y jamón. Prepararlos en casa no solo te permitirá disfrutar de un croissant fresco y casero, sino que también te dará una profunda satisfacción al dominar uno de los clásicos de la repostería mundial. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
Para la masa: 500 g de harina de trigo (preferentemente harina de fuerza, con alto contenido en gluten), 50 g de azúcar, 10 g de sal, 25 g de levadura fresca (o 7 g de levadura seca), 275 ml de leche (tibia), 50 g de mantequilla (derretida y enfriada a temperatura ambiente), 1 huevo (para pintar los croissants).
Para el hojaldrado: 250 g de mantequilla (de buena calidad, fría pero manejable).
Procedimiento
Prepara la masa
- En un bol grande, tamiza la harina de trigo junto con la sal y el azúcar. Esto ayuda a airear la harina y asegurar que los ingredientes se distribuyan uniformemente.
- Si usas levadura fresca, disuélvela en la leche tibia y deja reposar durante unos 5-10 minutos hasta que comience a formar espuma. Si usas levadura seca, agrégala directamente a la mezcla de harina.
- Haz un hueco en el centro de la mezcla de harina y vierte la leche con la levadura y la mantequilla derretida. Mezcla todo bien hasta obtener una masa suave. Puedes hacer esto a mano o con una batidora eléctrica equipada con un gancho para masa. Amasa durante 10 minutos, o hasta que la masa esté lisa y elástica.
Primera fermentación
- Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cúbrela con un paño limpio y húmedo, y deja que repose en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que haya duplicado su tamaño.
Prepara el hojaldrado de la masa
- Coloca los 250 g de mantequilla fría entre dos hojas de papel de hornear. Con un rodillo, golpéala y extiéndela hasta formar un rectángulo de aproximadamente 1 cm de grosor. Coloca la mantequilla en la nevera mientras estiras la masa.
- Enharina ligeramente una superficie de trabajo y estira la masa en forma de un rectángulo de aproximadamente 40x20 cm. Asegúrate de que los bordes sean lo más rectos posible.
- Coloca la mantequilla en el centro de la masa estirada, de modo que cubra dos tercios de la masa. Pliega el tercio inferior de la masa sobre la mantequilla, y luego pliega el tercio superior sobre el tercio inferior, como si doblaras una carta.
- Gira la masa 90 grados y estírala nuevamente en un rectángulo de 40x20 cm. Pliega en tercios nuevamente, cubre con film plástico y deja reposar en la nevera durante 30 minutos.
- Repite el proceso de estirado y plegado dos veces más, refrigerando la masa durante 30 minutos entre cada plegado.
Forma y hornea
- Después del último plegado y refrigeración, estira la masa en un rectángulo grande de aproximadamente 60x30 cm, con un grosor de unos 5 mm.
- Con un cuchillo afilado o un cortador de pizza, corta la masa en triángulos de aproximadamente 10 cm de base por 20 cm de altura.
- Para formar los croissants, haz un pequeño corte de 1 cm en la base de cada triángulo y estira suavemente los extremos hacia afuera. Luego, enrolla desde la base hacia la punta, asegurándote de que la punta quede debajo para evitar que se desenvuelvan durante el horneado. Coloca los croissants en una bandeja de horno forrada con papel pergamino.
Segunda fermentación
- Cubre los croissants con un paño limpio y húmedo y deja que reposen en un lugar cálido durante 1-2 horas, o hasta que hayan aumentado de tamaño.
- Precalienta el horno a 200°C. Pinta los croissants con huevo batido para darles un acabado dorado. Hornea durante 15-20 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes.
Una vez horneados, deja que los croissants se enfríen ligeramente sobre una rejilla antes de saborear su deliciosa textura hojaldrada y sabor mantecoso. ¡Perfectos para un desayuno o merienda con café o té! ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.