Este es la forma más sencilla de cultivar girasoles en casa

Los girasoles, con su distintiva flor amarilla y su capacidad para seguir la trayectoria del sol a lo largo del día, son una de las plantas más reconocibles y admiradas en el reino vegetal. Estas flores, pertenecientes al género Helianthus, son apreciadas no solo por su belleza en los jardines, sino también por sus numerosas propiedades y características.

Los girasoles son conocidos por su altura impresionante, con tallos que pueden alcanzar hasta varios metros de altura. Sus flores, grandes y brillantes, están compuestas por numerosas flores pequeñas agrupadas en un disco central rodeado por pétalos amarillos brillantes que se asemejan a los rayos del sol. Estas flores no solo son visualmente impresionantes, sino que también son una fuente valiosa de alimento para las abejas y otros polinizadores.

Además de su belleza ornamental, los girasoles tienen propiedades prácticas. Sus semillas son una excelente fuente de nutrientes, como vitamina B, y minerales como el zinc y el magnesio. Estas semillas son consumidas por humanos y animales, y también se utilizan para extraer aceite de girasol, ampliamente utilizado en la cocina y la cosmética.

Cómo cultivar girasoles

Si quieres tener tus propios girasoles en casa, debes saber que con algunas semillas, podrás conseguirlo sin tener mucho espacio. Para esto, hay que buscar semillas naturales, ideales para macetas, balcones o terrazas. Lo primero que hay que hacer es humedecer las semillas, lo cual se puede lograr llevándolas a un vaso con agua durante, al menos, una hora. Pasado ese tiempo, las semillas se pueden plantar en macetas llenas de tierra rica en nutrientes, manteniéndolas bien regadas y expuestas a pleno sol. Eso sí, los expertos aconsejan cubrirlas con un poco de abono o humus de lombriz.

A medida que crecen, los girasoles necesitan evitar inclinarse hacia un lado debido a su peso. Ese será el momento de trasplantarlos a un sitio más espacioso, durante la primavera.