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Los trucos para cultivar jengibre en maceta

Esta planta es una opción ideal para quienes desean empezar un huerto casero sin necesidad de un gran espacio.

Napsix lunes, 30 de diciembre de 2024 · 19:32 hs
Los trucos para cultivar jengibre en maceta
Alimenta la planta con fertilizantes orgánicos ricos en potasio y fósforo. Foto: Archivo

El primer paso para sembrar jengibre en maceta es elegir un recipiente adecuado. Las macetas deben tener una profundidad de al menos 30 centímetros y orificios de drenaje. Esto asegura que las raíces tengan suficiente espacio para desarrollarse sin que el agua quede estancada, lo cual podría dañar la planta. Un recipiente de plástico o cerámica funciona bien, siempre que permita un buen flujo de aire y humedad.

La elección del sustrato es crucial para el jengibre. Un suelo rico en materia orgánica, ligero y bien drenado es ideal. Una mezcla que contenga turba, arena y compost asegura una textura suelta y nutrientes esenciales. El exceso de agua se evita con esta combinación, reduciendo el riesgo de pudrición del rizoma.

Elige una raíz fresca.

Para iniciar el cultivo, se recomienda seleccionar un rizoma fresco y saludable. Debe tener brotes visibles, ya que esto indica que está listo para crecer. Antes de sembrarlo, es recomendable dejarlo en agua durante unas horas. El momento de la siembra requiere colocar el rizoma a unos cinco centímetros de profundidad en el sustrato, con los brotes hacia arriba. Cubrir con tierra y presionar con suavidad. 

El suelo debe mantenerse húmedo pero no saturado. Regar de forma regular, especialmente en la etapa de crecimiento, ayuda a evitar que el sustrato se seque por completo. Utilizar agua a temperatura ambiente es recomendable, ya que evita choques térmicos que podrían afectar a la planta.

En poco tiempo tendrás tu propia cosecha.

El jengibre prefiere la sombra parcial, recibiendo entre dos y cinco horas de luz solar indirecta al día. Colocar la maceta cerca de una ventana o en un balcón protegido asegura que reciba la cantidad adecuada de iluminación sin exponerse al sol directo, que podría quemar las hojas.

Si bien el jengibre es originario de regiones tropicales, puede cultivarse en interiores durante el invierno, siempre que se mantenga en un lugar cálido. Las temperaturas ideales oscilan entre los 20 y 30 grados Celsius, por lo que es importante protegerlo de cambios bruscos o fríos extremos.

Durante el crecimiento, es posible alimentar la planta con fertilizantes orgánicos ricos en potasio y fósforo. El tiempo de cosecha varía dependiendo de si se desea jengibre maduro o joven. Si se busca un rizoma tierno, se puede extraer a los seis meses. Para una cosecha completa, el período es de ocho a diez meses. 

 

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