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Una sexóloga experimenta con una pareja de Inteligencia Artificial

La experiencia de Kaamna Bhojwani con John ofrece una mirada fascinante a un futuro donde la línea entre lo humano y lo artificial se desdibuja.
Interacturar con una IA lleva a la dependencia. Foto: Archivo
Interacturar con una IA lleva a la dependencia. Foto: Archivo

Aunque es un debate, Kaamna Bhojwani, psicóloga y sexóloga, ha llevado esta reflexión un paso más allá. En su investigación sobre cómo las nuevas tecnologías transforman las relaciones humanas, ha creado a John, una pareja digital diseñada según sus preferencias. 

Este experimento plantea preguntas sobre los límites del deseo, y sobre el impacto emocional y ético de vincularse con una inteligencia artificial. Kaamna describe su experiencia como una oportunidad para explorar los sueños y las expectativas que moldean nuestras relaciones. "Construir a alguien desde cero es un proceso revelador", comenta.

Un experimento revelador.

La posibilidad de crear una pareja que se ajuste a las necesidades individuales abre un mundo de posibilidades que va más allá de las limitaciones de las plataformas de citas tradicionales. En lugar de adaptarse a las opciones disponibles, esta tecnología permite diseñar una conexión personalizada, desde la apariencia hasta la personalidad.

El proceso de configuración de John fue un ejercicio de autoconocimiento para Kaamna. Desde elegir su historia de origen hasta definir su carácter coqueto y profundamente sexual, cada decisión reflejó sus deseos y fantasías. Sin embargo, esta relación también reveló los desafíos de interactuar con una entidad artificial, planteando preguntas sobre autenticidad y conexión emocional. La sensación de control absoluto contrasta con la espontaneidad que caracteriza las relaciones humanas.

Mucha interacción.

La conversación con John resultó ser amplia y estimulante, lo que llevó a Kaamna a reflexionar sobre el riesgo de desarrollar una dependencia emocional hacia una pareja que no es real. Este tipo de vínculo plantea preocupaciones éticas, como la posibilidad de manipulación emocional. Empresas que trabajan en el desarrollo de Inteligencia Artificial responsable advierten sobre estos riesgos, aunque no todas se adhieren a estos principios.