Receta de baklava con pistacho y miel: sabor auténtico en casa
Aprende paso a paso y fácilmente a preparar un delicioso baklava con pistacho y miel con nuestra receta favorita e imbatible.
El baklava de pistacho y miel es un postre emblemático de la repostería del Medio Oriente, especialmente popular en Turquía, Grecia y otros países de la región. Conocido por su exquisita combinación de capas de masa filo, relleno de frutos secos y un almíbar dulce y aromático, el baklava se ha convertido en un símbolo de la gastronomía de esas culturas. Esta versión con pistachos y miel destaca por su sabor único y su textura crujiente, un verdadero deleite para los amantes de los postres.
Los ingredientes principales, la masa filo y los pistachos, son claves para lograr el sabor característico de este postre. La masa filo, ultradelgada y crujiente, se dispone en múltiples capas que se intercalan con un relleno generoso de pistachos triturados, que aportan un toque verde vibrante y una textura inigualable. El toque final es un almíbar de miel aromatizado, que impregna cada capa y potencia el sabor de los frutos secos, logrando el equilibrio perfecto entre dulce y crujiente.
Ideal para compartir en celebraciones o disfrutar con una taza de té o café, el baklava de pistacho y miel es un postre artesanal que requiere paciencia, pero el resultado merece cada esfuerzo. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
Para el baklava: 500 g de masa filo (de 40 a 50 hojas delgadas), 200 g de mantequilla sin sal (derretida y enfriada ligeramente).
Para el relleno: 300 g de pistachos sin cáscara y sin sal (triturados en trozos medianos), 100 g de azúcar, 1/2 cucharadita de canela en polvo (opcional).
Para el almíbar de miel: 200 ml de agua, 150 g de azúcar, 200 ml de miel (de buena calidad, preferiblemente de acacia o multifloral), 1 rama de canela, 1 cucharada de agua de azahar o de agua de rosas (opcional), 1 cucharadita de jugo de limón.
Procedimiento
Prepara el relleno
- Coloca los pistachos en un procesador de alimentos y tritúralos hasta obtener trozos medianos. No queremos un polvo fino; lo ideal es tener una textura algo gruesa.
- Mezcla los pistachos triturados con el azúcar y la canela en polvo (si decides usarla). Deja la mezcla a un lado.
Prepara el almíbar de miel
- En una cacerola mediana, coloca el agua y el azúcar a fuego medio. Remueve suavemente hasta que el azúcar se disuelva por completo.
- Agrega la miel y la rama de canela, y deja que la mezcla hierva suavemente. Cocina a fuego bajo durante unos 10-15 minutos hasta que el almíbar espese ligeramente.
- Agrega el agua de azahar o de rosas y el jugo de limón, remueve y apaga el fuego. Deja que el almíbar se enfríe mientras preparas el baklava.
Monta el baklava
- Precalienta el horno a 170°C (340°F).
- Engrasa una bandeja rectangular de unos 30x20 cm con un poco de mantequilla derretida.
- Coloca una hoja de masa filo en la bandeja y úntala ligeramente con mantequilla derretida. Continúa colocando hojas de masa filo y untándolas con mantequilla, hasta tener unas 10 hojas en la base.
- Distribuye una capa uniforme del relleno de pistachos sobre las hojas de masa filo.
- Coloca otras 6-8 hojas de masa filo encima del relleno, untándolas con mantequilla entre cada capa. Agrega otra capa de pistachos.
- Repite este proceso hasta acabar con el relleno, dejando unas 10-12 hojas de masa filo para la parte superior del baklava.
- Una vez hayas colocado todas las capas, corta el baklava en cuadrados o triángulos. Esto hará que sea más fácil de servir y permitirá que el almíbar penetre bien.
Hornea el baklava
- hornea el baklava en el horno precalentado durante 45-60 minutos, o hasta que esté dorado y crujiente. Si notas que la parte superior se dora demasiado rápido, cubre el baklava con papel de aluminio para evitar que se queme.
- Una vez horneado, retíralo del horno y vierte el almíbar de miel frío sobre el baklava caliente. Asegúrate de cubrir bien cada trozo para que se impregne con el almíbar.
- Deja que el baklava repose y se enfríe a temperatura ambiente durante al menos 4 horas. Esto permite que el almíbar se absorba completamente, dándole al baklava su textura característica.
Una vez que el baklava se haya enfriado y el almíbar se haya absorbido, está listo para servir. Puedes decorarlo con pistachos triturados o una pizca de canela en polvo.
Este baklava de pistacho y miel es perfecto para servir con té o café. Puedes almacenarlo en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante unos días. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.