Cómo hacer ensaimadas perfectas: consejos y trucos
Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unas deliciosas ensaimadas con nuestra receta favorita e imbatible ¡manos a la obra!
La ensaimada es un dulce tradicional originario de la isla de Mallorca, en las Islas Baleares, España. Su nombre proviene de la palabra "saïm", que en mallorquín significa "manteca de cerdo", un ingrediente clave que le otorga su inconfundible sabor y textura. Este delicioso pastel, con su forma espiralada y superficie espolvoreada de azúcar glass, se caracteriza por una masa ligera y esponjosa, resultado de un proceso de fermentación lento que permite que la ensaimada adquiera una textura suave y aireada.
La ensaimada ha sido transmitida de generación en generación, y aunque su preparación requiere tiempo y paciencia, el resultado es un dulce exquisito que ha conquistado tanto a locales como a visitantes. Tradicionalmente, las ensaimadas se elaboran sin relleno, pero hoy en día es común encontrar versiones rellenas de cabello de ángel, crema pastelera, chocolate, o incluso versiones modernas con sabores innovadores.
Ideal para desayunos, meriendas o para acompañar un buen café, la ensaimada es símbolo de la repostería mallorquina y un auténtico placer gastronómico. Su sabor y tradición han hecho que este dulce sea uno de los más reconocidos y apreciados fuera de España. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
Para la masa: 500 g de harina de fuerza (la harina de fuerza es necesaria para que la masa tenga mejor elasticidad), 150 g de azúcar blanco, 2 huevos grandes a temperatura ambiente, 60 ml de agua tibia, 10 g de sal fina, 20 g de levadura fresca (o 7 g de levadura seca de panadería), 120 ml de leche tibia, 100 g de manteca de cerdo (el ingrediente clave que da a la ensaimada su sabor característico, también conocida como "saïm" en mallorquín).
Para el relleno (opcional): }cabello de ángel (dulce de pulpa de calabaza), crema pastelera o chocolate (para versiones más modernas).
Para decorar: azúcar glass para espolvorear.
Procedimiento
Prepara la masa madre
- Disuelve la levadura fresca en los 60 ml de agua tibia, asegurándose de que esté completamente integrada.
- En un bol pequeño, mezcla 60 g de harina de fuerza con la levadura disuelta. Remueve hasta que se forme una masa suave y homogénea.
- Tapa el bol con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido durante unos 30 minutos o hasta que doble su volumen. Esta masa madre le dará a la ensaimada su textura aireada.
Arma y prepara la masa principal
- En un bol grande, mezcla el resto de la harina de fuerza, el azúcar, los huevos, la sal y la leche tibia.
- Incorpora la masa madre preparada en el paso anterior a esta mezcla y comienza a amasar.
- Amasa durante unos 10-15 minutos hasta obtener una masa lisa, homogénea y ligeramente elástica. Si tienes una batidora con gancho de amasado, puedes utilizarla para facilitar el proceso.
- Cubre la masa con un paño húmedo y déjala reposar durante 2 horas o hasta que doble su volumen en un lugar cálido.
- Divide la masa en porciones de aproximadamente 100 gramos si deseas ensaimadas individuales o en porciones más grandes para ensaimadas compartidas.
- Toma una porción y estírala sobre una superficie ligeramente enharinada con un rodillo hasta que esté muy fina (casi translúcida).
- Unta la masa extendida con manteca de cerdo suavemente. Este paso es crucial, ya que la manteca aporta sabor y ayuda a crear las capas características de la ensaimada.
- Si quieres hacer ensaimadas rellenas, en este momento puedes añadir una fina capa de cabello de ángel o de crema pastelera en uno de los bordes de la masa estirada.
- Enrolla la masa sobre sí misma desde uno de los extremos hasta formar un cilindro largo y delgado. Luego, enróllalo en forma de espiral o caracol, dejando un poco de espacio entre las vueltas para que la masa tenga espacio para crecer durante el horneado.
Segunda fermentación
- Coloca las ensaimadas formadas en una bandeja de horno forrada con papel pergamino, dejando suficiente espacio entre ellas.
- Cubre la bandeja con un paño y deja reposar en un lugar cálido durante al menos 6 horas o hasta que doblen su tamaño. Algunas recetas tradicionales recomiendan fermentar durante toda la noche para obtener una textura aún más esponjosa.
- Precalienta el horno a 180°C.
- Hornea las ensaimadas durante 15-20 minutos o hasta que estén doradas por la superficie. Es importante no excederse en el horneado para que no pierdan su textura suave.
- Saca las ensaimadas del horno y déjalas enfriar sobre una rejilla.
Una vez frías, espolvorea generosamente con azúcar glass para darles el toque final característico. La manteca de cerdo es esencial para el sabor y textura de la ensaimada auténtica, pero puedes sustituirla por mantequilla en una versión menos tradicional.
Si quieres un toque más contemporáneo, prueba rellenarlas con chocolate o crema de almendra.
Las ensaimadas recién hechas son deliciosas y esponjosas, y su sabor mejora al día siguiente, especialmente cuando se conservan bien envueltas. Esta receta es laboriosa, pero el resultado vale la pena: unas ensaimadas caseras con todo el sabor de Mallorca. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.