Receta de merenguitos caseros: crujientes y deliciosos
Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unos deliciosos merenguitos con nuestra receta favorita e imbatible ¡a cocinar!
Los merenguitos, también conocidos como suspiros, son pequeños dulces ligeros, crujientes y delicadamente dulces que se deshacen en la boca. Este postre clásico se elabora a partir de ingredientes sencillos como claras de huevo y azúcar, pero requiere una técnica precisa para lograr la textura perfecta: crocante por fuera y suave por dentro. Son populares en muchas culturas y a menudo se encuentran en celebraciones, mesas de postres o como pequeños acompañamientos para el café o el té.
El encanto de los merenguitos reside en su versatilidad. Se pueden disfrutar en su forma básica, sin ningún sabor adicional, o con un toque de vainilla, almendra o incluso frutas. Además, pueden decorarse con colorantes en gel para darles un aspecto más festivo, haciéndolos ideales para ocasiones especiales. Son perfectos para aquellos que buscan un bocado dulce pero liviano.
Aunque su preparación puede parecer intimidante, con los consejos y técnicas adecuados es posible hacer merenguitos caseros deliciosos y bien estructurados. La clave está en batir bien las claras y cocinarlos a baja temperatura para conseguir ese acabado crujiente y seco. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
4 claras de huevo grandes, a temperatura ambiente, 1 taza (200 g) de azúcar granulada, 1/4 de cucharadita de crémor tártaro (opcional, para estabilizar las claras), 1 pizca de sal, 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional, para un toque de sabor), colorante alimentario en gel (opcional, para darle color a los merenguitos).
Procedimiento
- Precalienta el horno a una temperatura muy baja, a 90°C (o 200°F), ya que los merenguitos requieren de un horneado lento y suave. Coloca papel pergamino sobre una bandeja para hornear, de modo que estén listos para recibir el merengue.
- En un bol grande y completamente limpio (sin rastros de grasa ni humedad), coloca las claras de huevo. Añade el crémor tártaro y la pizca de sal, que ayudarán a estabilizar las claras y a conseguir una textura firme.
- Usando una batidora eléctrica, comienza a batir las claras a velocidad media. Este proceso inicial debe durar unos minutos hasta que las claras formen burbujas y una espuma ligera.
- Una vez que las claras estén espumosas, aumenta la velocidad de la batidora a medio-alto y empieza a incorporar el azúcar de forma gradual, de una a dos cucharadas a la vez. Esta etapa es crucial: agregar el azúcar poco a poco ayuda a que se disuelva bien en las claras, logrando un merengue suave y sin textura granulada.
- Continúa batiendo después de cada adición de azúcar hasta que esté completamente incorporada antes de agregar más.
- Sigue batiendo hasta que el merengue esté brillante, sedoso y forme picos firmes al levantar las aspas de la batidora. Puedes hacer una prueba para comprobar que el merengue está listo: toma un poco de merengue entre tus dedos y frota ligeramente. Si aún sientes granos de azúcar, continúa batiendo hasta que desaparezcan. También puedes girar el bol boca abajo (con cuidado) para asegurarte de que el merengue no se caiga.
- Si deseas, añade el extracto de vainilla y mezcla suavemente para incorporarlo. Si prefieres que tus merenguitos tengan un toque de color, puedes añadir unas gotas de colorante alimentario en gel en este momento y mezclar suavemente. No uses colorantes líquidos, ya que pueden afectar la textura del merengue.
- Con una manga pastelera equipada con una boquilla en forma de estrella o lisa, rellena con el merengue. Forma pequeños montículos o rosetas sobre la bandeja forrada con papel pergamino. Deja un poco de espacio entre cada uno para que el aire circule bien.
- Lleva la bandeja al horno precalentado y hornea a 90°C durante 1 hora y 30 minutos, o hasta que los merenguitos estén completamente secos y se despeguen fácilmente del papel. Si el clima es húmedo, puede que necesiten algo más de tiempo. Puedes dejar la puerta del horno entreabierta durante los últimos 15 minutos para eliminar la humedad.
Una vez listos, apaga el horno y deja los merenguitos dentro con la puerta entreabierta para que se enfríen lentamente, evitando así que se agrieten por cambios bruscos de temperatura.
Cuando estén fríos, guárdalos en un recipiente hermético en un lugar seco. Los merenguitos pueden durar hasta una semana si se almacenan correctamente.
¡Y listo! Comparte con tus merenguitos en cualquier momento, solos o acompañados de helado o frutas frescas.¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.