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Descubre el sabor del pastel medovik: receta rusa con miel y nata

Aprende paso a paso y fácilmente a preparar un delicioso pastel medovik con nuestra receta favorita e imbatible ¡a cocinar!

Napsix jueves, 14 de noviembre de 2024 · 22:04 hs
Descubre el sabor del pastel medovik: receta rusa con miel y nata
Pastel medovik casero: sabor y textura en cada capa Foto: Shutterstock

El pastel medovik es uno de los postres más emblemáticos de la repostería rusa, famoso por su sabor suave y su textura irresistible. Su nombre proviene de la palabra "miel" (med) en ruso, lo que hace alusión a su ingrediente principal que, junto con la mantequilla y el azúcar, otorgan a este pastel un sabor dulce y ligeramente caramelizado. El medovik se compone de varias capas finas de masa crujiente que se alternan con una cremosa mezcla de nata y queso, creando una combinación perfecta de texturas. Es un pastel que, aunque parece sencillo en su elaboración, requiere paciencia y dedicación, especialmente al hornear sus finas capas, que deben ser perfectas para conseguir la consistencia deseada.

El medovik es un pastel tradicional ruso que tiene su origen en el siglo XIX y se popularizó durante el reinado de Catalina la Grande. Fuente: Shutterstock

Tradicionalmente, el medovik se disfruta en celebraciones, reuniones familiares o como un delicioso postre después de una comida especial. Con el paso del tiempo, este pastel se ha adaptado a diferentes versiones en todo el mundo. El medovik no solo es un manjar para el paladar, sino también un deleite visual, decorado con migas de masa triturada o nueces, lo que lo convierte en una opción perfecta para cualquier ocasión. ¡Vamos a la receta!

Su característica más distintiva es la miel, que no solo le da su nombre, sino también un sabor único y suave. Fuente: Shutterstock

Ingredientes

Para la masa: 250 g de mantequilla sin sal, 150 g de azúcar, 2 cucharadas de miel (preferentemente de flores), 1 huevo grande, 1 cucharadita de bicarbonato de sodio, 450 g de harina de trigo (aproximadamente 3 tazas), una pizca de sal.


Para la crema: 500 ml de nata líquida para montar (crema de leche), 300 g de queso crema (tipo Philadelphia), 200 g de azúcar glass, 1 cucharadita de esencia de vainilla.


Para decorar: 50 g de nueces o almendras trituradas (opcional), miel extra para glasear (opcional).

 

Procedimiento

Prepara la masa

  1. Comienza derritiendo la mantequilla en una sartén o en el microondas. Una vez derretida, agrega el azúcar y la miel, y revuelve bien hasta que el azúcar se disuelva completamente. Lleva la mezcla a fuego bajo y cocina durante 2-3 minutos, removiendo continuamente.
  2. A continuación, agrega el huevo y bate bien para integrarlo. Verás que la mezcla se vuelve más cremosa.
  3. Añade el bicarbonato de sodio, removiendo bien para que se disuelva. La mezcla comenzará a burbujear debido a la reacción química del bicarbonato.
  4. Retira la mezcla del fuego y comienza a incorporar la harina, poco a poco. Agrega la harina tamizada en pequeñas cantidades y mezcla con una espátula o las manos hasta que obtengas una masa suave, homogénea y que no se pegue a las manos.
  5. Divide la masa en 8-10 porciones iguales. Estira cada porción sobre una superficie enharinada formando un círculo del tamaño de tu molde o bandeja, alrededor de 22-25 cm de diámetro. Es importante que las capas sean finas, pues al hornearse se volverán más crujientes.
  6. Hornea cada capa a 180 °C durante 4-6 minutos o hasta que estén ligeramente doradas. Deja enfriar las capas mientras preparas la crema.

Prepara la crema

  1. En un bol grande, bate la nata líquida con el azúcar glass hasta que tenga una consistencia espesa y cremosa, pero sin llegar a hacer mantequilla.
  2. En otro bol, bate el queso crema con la esencia de vainilla hasta que esté suave y sin grumos.
  3. Incorpora poco a poco la nata montada al queso crema y mezcla con movimientos envolventes. Asegúrate de que la crema quede bien aireada y homogénea.

Monta el pastel

  1. Coloca una capa de masa sobre el plato o base donde vas a servir el pastel.
  2. Extiende una capa generosa de crema sobre la masa, cubriéndola completamente.
  3. Coloca otra capa de masa sobre la crema, presionando ligeramente para que se adhiera bien. Repite este proceso alternando las capas de masa y crema, terminando con una capa de crema en la parte superior.
  4. Tritura algunas de las capas de masa que sobraron (puedes usar un procesador de alimentos o un mortero) y espolvorea las migas sobre la parte superior del pastel para darle un toque crujiente y decorativo.
  5. Si lo deseas, espolvorea las nueces o almendras trituradas en la parte superior para un toque extra de sabor y textura.
Aunque la receta original es rusa, el medovik se ha popularizado en otros países y se ha adaptado con variantes en la crema y el tipo de decoraciones. Fuente: Shutterstock

Deja el pastel en el refrigerador durante al menos 4 horas o, preferentemente, toda la noche. Esto permitirá que las capas se fusionen bien y el pastel adquiera su deliciosa textura suave.

El medovik es mejor cuando se sirve bien frío, ya que las capas de masa se hidratan un poco con la crema, lo que le da esa suavidad característica. Si quieres un toque extra, puedes agregar un poco de miel derretida sobre el pastel justo antes de servir. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.

 

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