Los cuatro trucos infalibles para mantener tu lavanda sana y fuerte
Es una planta de fácil cuidado, pero hay que tener en cuenta ciertos aspectos para que pueda sobrevivir.
En el mundo de la jardinería los aficionados al jardín siempre estudian nuevas técnicas y formas de ayudar a sus plantas para que crezcan sanas y radiantes. Es por eso que en esta nota te contaremos los consejos de los viveristas para mantener esta aromática espléndida durante todo el año.
Cuidados
En primer lugar, hay que saber que la lavanda es una planta de pleno sol, por lo que hay que tener cuidado si está en una maceta. Se necesita que la luz solar le llegue, pero no al recipiente. Si bien parece algo menor es importante para que pueda sobrevivir.
En cuanto al riego, la lavanda necesita que sean moderados y cortos. Además, no hay que regar sobre sus hojas, sino que el agua debe caer directamente sobre el sustrato. Por otra parte, pese a que tiene facilidad de contagiarse hongos e infecciones fúngicas, es una planta que no necesita abono ni fertilización, según explican los que saben de jardín.
Propiedades
Tener una lavanda en el hogar es muy beneficioso porque tiene propiedades importantes para la salud. Por un lado, tiene efectos relajantes y calmantes, reducen el insomnio y la ansiedad. Es una planta digestiva que ayuda a mitigar las náuseas y abre el apetito.
Por otra parte, la lavanda es una planta con propiedades antiinflamatorias que permite ayudar a tratar inflamaciones o infecciones en las vías urinarias. Además tiene propiedades cicatrizantes que destruyen los microorganismos y tiene propiedades astringentes por lo que resulta muy útil en cosmética.