Cautiva a tus invitados con una tarta de durazno irresistible

La tarta de durazno, con su mezcla irresistible de jugosas rodajas de durazno, masa crujiente y sabores celestiales, es un verdadero himno al verano. Este postre, que rinde homenaje a la temporada de duraznos en todo su esplendor, es una oda a la simplicidad y la exquisitez.

Desde el momento en que el aroma tentador de la masa horneada comienza a impregnar la cocina, hasta el instante en que cortas la primera porción para revelar el relleno repleto de duraznos caramelizados, cada etapa de la preparación de esta tarta es un deleite para los sentidos. Los duraznos, maduros y en su punto máximo de dulzura, se combinan con una mezcla cuidadosamente equilibrada de azúcares y especias, creando una sinfonía de sabores que danzan en el paladar.

Ya sea como el broche de oro para una comida especial o como un capricho para endulzar una tarde cualquiera, la tarta de durazno encarna la esencia misma del verano en cada bocado. Acompañada de un toque de brillo con su glaseado de mermelada de albaricoque, esta delicia casera es la promesa de un festín veraniego que captura la frescura y la indulgencia en cada rebanada. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes

Para la masa: 2 1/2 tazas de harina de todo uso, 1 taza de mantequilla fría cortada en cubos, 1/4 taza de azúcar, 1/2 cucharadita de sal, 1/4 taza de agua helada.

Para el relleno: 6-8 duraznos maduros pelados y en rodajas, 1/2 taza de azúcar granulada, 1/4 taza de azúcar morena, 1/4 taza de harina de todo uso, 1 cucharadita de jugo de limón, 1/2 cucharadita de canela molida, 1/4 cucharadita de nuez moscada rallada, una pizca de sal.

Para el glaseado: 1/2 taza de mermelada de albaricoque.

 

Procedimiento

1. Comienza preparando la masa. En un tazón grande, mezcla la harina, el azúcar y la sal. Agrega la mantequilla fría y usa un cortador de masa o tus manos para incorporar la mantequilla hasta que la mezcla tenga una textura de migas gruesas. Agrega el agua helada, una cucharada a la vez, y mezcla hasta que la masa comience a unirse. Forma la masa en un disco, envuélvela en film transparente y refrigérala durante al menos 30 minutos.
2. Precalienta el horno a 190°C (375°F). Saca la masa del refrigerador y, sobre una superficie enharinada, estira la masa en un círculo de aproximadamente 30 cm (12 pulgadas) de diámetro. Transfiere la masa a un molde para tarta de 23 cm (9 pulgadas) y presiona suavemente para ajustarla al molde. Recorta el exceso de masa en los bordes y pincha la base con un tenedor. Coloca papel pergamino sobre la masa y rellénala con pesos de horneado o frijoles secos.
3. Hornea la masa en blanco durante 15 minutos. Luego, retira el papel pergamino y los pesos de horneado, y hornea por otros 10 minutos o hasta que la masa esté dorada. Retira del horno y deja enfriar mientras preparas el relleno.
4. En un tazón grande, mezcla las rodajas de durazno con el azúcar granulada, azúcar morena, harina, jugo de limón, canela, nuez moscada y una pizca de sal. Asegúrate de que los duraznos estén bien cubiertos con la mezcla.
5. Vierte la mezcla de duraznos en la base de la tarta precocida. Extiende uniformemente las rodajas de durazno para que la tarta tenga un aspecto atractivo y esté bien distribuida.
6. Coloca la tarta en el horno precalentado a 190°C (375°F) y hornea durante 40-45 minutos, o hasta que la masa esté dorada y los duraznos estén burbujeando y caramelizados.
7. Mientras la tarta se enfría ligeramente, calienta la mermelada de albaricoque en una cacerola pequeña a fuego medio hasta que se derrita. Usa un pincel de repostería para glasear suavemente la superficie de la tarta con la mermelada, proporcionándole un brillo irresistible.

Deja que la tarta de durazno repose durante al menos 30 minutos antes de cortarla. Sirve porciones generosas y acompaña con una bola de helado de vainilla o crema batida (nata) si lo deseas. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.