El motivo por el que Jim Carrey casi renuncia a su papel en El Grinch

Los actores suelen interpretar distintos tipos de personajes donde muchas veces requieren un tipo de disfraz, atuendo o maquillaje determinado que lleva horas para conseguirlo. Por ello es que el trabajo para realizar esto no siempre es tan glamuroso como se cree y así fue el caso de Jim Carrey, que casi renuncia a su papel en El Grinch.

Muchas veces, los actores se vuelven cansados y con ganas de terminar un proyecto lo antes posible para poder dejar los camerinos de maquillaje y trajes insoportables atrás. Son muchas horas de trabajo que terminan irritándolos.

En el caso de Jim Carrey, cuando actuó en El Grinch, tuvo un motivo especifico que casi lo lleva a la renuncia. Y es que la cantidad de maquillaje que necesitaba para darle vida al personaje era demasiada. De hecho, le llevaba hasta 8 horas y media estar sentado en la silla del maquillista para que quedara listo.

El primer día, Jim Carrey estuvo dispuesto a renunciar. Así fue que tuvo que actuar uno de los productores a resolver el problema y contrató a un hombre que entrenaba a agentes de fuerzas especiales para que soporte la tortura.

Por su parte, Jim siguió las técnicas aprendidas durante todo el rodaje, aunque aun así le quedó una mala experiencia.

¿Una tortura? Otras consecuencias más en El Grinch

La tortura de filmar “El Grinch” para Jim Carrey no tuvo un solo motivo como el que ya se nombró, sino otros. También fue la prótesis que desató una pelea, el rol de la CIA y un maquillador que tuvo que hacer terapia. El clásico infantil del 2000 tuvo una realización muy compleja que dejó varias consecuencias.

Entre varios datos que se dieron a conocer, el propio Jim Carrey dijo: “Me enterraban vivo todos los días”. Ese fue su primer recuerdo sobre su trabajo en El Grinch. Sin dudas, fue lapidario durante una entrevista en 2015, cuando confesó que sufrió mucho al meterse literalmente en la piel peluda y verde del ogro famoso de Navidad.

Carrey no fue el único que vivió tanta tortura. Algunos de sus colegas o compañeros también. Y es que el comediante estaba muy intratable durante los primeros días de su transformación y eso hizo que le hiciera la vida imposible al maquillador. Fue tan compleja la dinámica, que el especialista en prótesis tuvo que pedir ayuda luego del rodaje.

La película navideña El Grinch, además de que fue un éxito, demandó una producción inusual para lo que es el cine infantil. El gran despliegue de vestuario y maquillaje inédito provocó una intervención casi inverosímil de la CIA en el proceso de filmación. Pero bien, hoy son todos recuerdos que quedaron en el pasado, tanto para Jim Carrey como para toda la producción.

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