Para no perder de vista, cómo limpiar correctamente tus puertas

La puerta es la entrada a nuestra casa y a cualquier habitación. Por lo tanto, es la cara visible de nuestro hogar y de cada sala. De este modo, deberían permanecer en buen estado y sobre todo, limpias. Pero para eso, tendrás que adaptar los métodos de aseo de acuerdo al material de la puerta.

Existen puertas de diferentes tamaños y materiales. Todas ellas, destinadas a separar un espacio y mantenerlo aislado de su exterior. La tarea de limpiarlas, no es algo que debamos hacer a diario, sino que con un repaso periódico, será suficiente. Además de tener en cuenta algunos consejos.

Cuando lo hagas, no solo tendrás que limpiar la puerta en sí misma. Sino también, quitar el polvo de las bisagras. De ser necesario, también podrás aprovechar la ocasión para aceitarlas y acabar con los ruidos molestos al abrir y cerrar. Asimismo, es el momento de desinfectar las manillas.

Una vez realizado esto, será momento de asear la puerta de acuerdo al material del que esté fabricado. En el caso de aquellas que sean de madera, las clásicas e infaltables de los hogares, lo primero será quitar la tierra de la superficie para después limpiar con productos específicos de madera. En el caso de que veas manchas, emplea un agua jabonosa para eliminarlas y dejar la puerta nuevamente impecable. Cuando hayas finalizado, asegúrate de secarla.

En el caso de las puertas lacadas, el consejo es que tengas mucha precaución, porque si bien lucen muy bien, son más delicadas. Por eso, al limpiarlas, escoge un paño de microfibra y elimina el polvo con esto. En el caso de manchas, entonces usa alcohol diluido en agua.

Por último, si tienes en casa puertas de acero, entonces este procedimiento será mucho más fácil. Usa un paño limpio humedecido en una mezcla de agua con jabón neutro y luego sécala.