Cómo disminuir la ansiedad nocturna para no sufrir insomnio

Finalmente llega el momento de descansar, te acuestas e, inmediatamente, tu cabeza comienza a pensar en todo lo que ocurrió durante el día y en los pendientes que deberás afrontar en las próximas horas. El resultado es un horrible insomnio que terminará arruinando por completo tu sueño. Si te identificas en este escenario es probable que estés padeciendo episodios de ansiedad nocturna y debes terminar con ella.

Procurar tener un buen descanso no solo implica dormir durante más de siete horas, también requiere que el sueño sea de calidad. Muchas veces, las presiones sociales, laborales, escolares o familiares que afrontamos cotidianamente terminan impactando en este proceso.

Padecer una noche de mal sueño puede deberse a un sinfín de motivos y no representar muchos problemas, sin embargo, cuando estos episodios son recurrentes es importante que busquemos ayuda para poder solucionarlos.

Qué es la ansiedad nocturna

La ansiedad es una respuesta de nuestro organismo a situaciones que nos preocupan. No se trata de algo estrictamente malo, ya que nos permite estar en alerta. Sin embargo, cuando el contexto no implica un peligro latente y, aun así sentimos ansiedad, es porque estamos canalizando mal nuestros sentimientos.

Este mecanismo es completamente nocivo a la hora de conciliar el sueño, donde la relajación del cuerpo y la mente son imprescindibles.

Cómo evitar la ansiedad nocturna

El ejercicio físico es fundamental para mantener una buena salud física y mental. Durante las rutinas de gimnasia gastamos energía y regulamos de mejor forma nuestros sentimientos. Además, nos ayuda a llegar más cansados a la hora de dormir.

La alimentación también juega un rol muy importante. Injerir comidas grasosas, picantes o pesadas antes de ir a la cama hará que no nos sintamos cómodos y podría provocar insomnio.

Varios expertos además señalan que mantener rutinas es determinante. Acostarte y despertarse cada día a la misma hora ayudará al organismo a organizarse y predisponerse para dormir.