Cómo plantar tomates en maceta en el jardín o balcón

Lo tomates son la fruta más consumida en el mundo entero. Es que, quién podría resistirse a una fresca ensalada con un poco de albahaca, queso y aceite de oliva. Lo más maravilloso es que forman parte de las hortalizas que pueden cultivarse fácilmente debido a que no requieren de un gran espacio para crecer. Esto nos permite plantarlos en nuestro jardín o balcón sin ningún problema.

Los grandes aportes nutricionales y su bajo nivel calórico convierten a los tomates en uno de los ingredientes imprescindibles en tu dieta. Durante la temporada de verano, estos frutos pueden ser cultivados en ámbitos domésticos de forma muy sencilla porque sus plantas son de tamaño pequeño y, algunas especies, nos dan la posibilidad de tenerlas en lugares estrechos. 

Cultivar tomates en maceta

Si vives en el hemisferio sur, debes saber que este es el momento ideal para hacer tus almácigos de tomate ya que son plantas anuales de verano y sus semillas deben plantarse durante los últimos días de invierno. Si te preguntas de dónde sacar las semillas, debes saber que no requieres de ningún material especial. Pues se pueden utilizar las mismas que vienen en los frutos que compras en una tienda. 

Solo es necesario apartarlas y colocarlas en un recipiente con tierra a unos 2 centímetros de profundidad, humedecer el sustrato y colocarlo en un lugar soleado. En caso de que el frío todavía sea muy intenso puedes colocar un nylon o papel film para protegerlas. En unos días verás cómo comienzan a crecer los brotes.

Lo primero que debes saber es que no siempre más plantas significarán más tomates ya que cada ejemplar necesita de su espacio y nutrientes para dar frutos, por lo tanto, no las amontones. Cuando los brotes tengan al menos 4 hojas deben ser trasplantados a su lugar definitivo, allí procuraremos tener en cuenta este detalle.

Es recomendable que cada tomatera tenga una distancia de por lo menos 30 centímetros entre ellas. La maceta tiene que tener una profundidad de 45 centímetros para que las raíces crezcan saludables y la planta se desarrolle con normalidad.

Existen algunas especies más sencillas de cultivar, por ejemplo, los cherry es una de las más nobles. Si eres principiante apuesta por ellas. En tanto, el de pera o perita es otra de las variedades que te traerá pocos interrogantes, aunque deberás procurarle un tutor para que no se estropee.