Ejercicios para mejorar el equilibrio: ¿por qué son tan importantes?

El sentido del equilibrio es muy complejo y diferentes órganos intervienen en él. A partir de los 35 años, esta capacidad comienza a declinar, haciéndonos más susceptibles a sufrir caídas. Por ello, es la principal causa de lesiones y fracturas en adultos mayores. Realizar ejercicios para incentivar la orientación espacial y la regulación sensorial es muy importante para tu salud.

Todos sabemos que los gatos tienen un gran sentido del equilibrio y la orientación, esto los hace capaces de caminar sin problemas por espacios muy estrechos en las alturas sin sufrir caídas. Los humanos tenemos esta capacidad, pero algo más limitada.

El organismo utiliza el sistema visual, vestibular (oído) y propioceptivo (receptores en músculos y articulaciones) para controlar la estabilidad. Son ellos los que envían señales al cerebro sobre lo que ocurre a nuestro alrededor y este, a su vez, manda órdenes al cuerpo para que se adapte a las nuevas condiciones.

Esta facultad puede verse afectada por diferentes razones y pueden ser orgánicas o externas. Sufrir algún padecimiento en la audición o la vista puede alterarla. Mientras que el consumo de alcohol, por ejemplo, es uno de los factores externos más conocidos.

Ejercicios para mejorar el equilibrio

Con el paso de los años, la conciencia kinestésica comienza a deteriorarse, pero con entrenamiento puede mejorarse si involucramos algún ejercicio que la incentive dentro de nuestra rutina semanal.

Pararse en T: necesitas tener los pies ligeramente separados tomando como referencia el ancho de cadera y mantener la espalda recta. Se deben extender los brazos a la altura de los hombros. En esta posición se intenta movilizar el peso hacia la punta de los pies para comenzar a despegar los talones del suelo y mantenerse así durante 10 segundos.

Con una sola pierna: este ejercicio es muy fácil y puede hacerse en cualquier momento del día. Consta en intentar pararse sobre una sola pierna el mayor tiempo posible. Lo puedes practicar mientras cortas verduras o preparar el almuerzo.

Recuerda realizarte chequeos médicos siempre antes de comenzar a hacer ejercicio físico o rutinas de fuerza. Asimismo, consultar con un profesional que supervise tu rutina y haga seguimiento de la misma.