Limpiar una olla quemada ya no será problema con estos consejos

Olvidar en el fuego una preparación no solo arruinará tu almuerzo o cena, sino que también puede provocar un daño que, al principio, creemos que será irreversible en las ollas. Muchas veces, con la intención de querer limpiar el pegote quemado terminamos estropeando aún más el recipiente. Para evitar que esto suceda, aprende algunos consejos útiles.

Lavar una olla que se ha quemado nos pone en una gran encrucijada. ¿Rascamos con espátula? ¿Usamos un estropajo de metal? ¿En frío o con calor? Son muchas las preguntas que se pueden presentar ya que, la prioridad es no perder el recipiente ni tener futuros problemas.

En las cacerolas que no tengan un laminado antiadherente o teflón se puede usar una esponja metálica, pero antes se tiene que ablandar la costra. Para esto hay muchas opciones, puedes colocar un poco de agua caliente con detergente y poner al fuego. Luego retirar la mayor cantidad de residuos con una cuchara de madera y después pasar a la limpieza final con un estropajo. Esto es ideal para materiales como el acero inoxidable, hierro, cobre, barro o aluminio.

Si prefieres no provocar rayones, entonces tendrás que usar métodos y utensilios menos abrasivos. Una buena opción es colocarla al fuego con agua y esperar hasta que hierva. Cuando inicia la ebullición se tiene que agregar una cuchara de bicarbonato y revolver. Las partículas comenzarán a desprenderse en unos minutos. Posteriormente, se tiene que apagar el fuego y lavar con normalidad.

El método más sencillo y con menos esfuerzo es utilizando vinagre blanco, solo hay que verterlo y dejar en el fuego hasta que se consuma. La capa negra saldrá completa sin problemas.

En caso de que se trate de un problema grave o quieras recuperar una olla quemada hace un tiempo puedes optar por un refresco de cola. Colócalo en el interior del recipiente y déjalo reposar al menos 24 horas.