Los casos más extraños de la historia de la medicina: palomas salvadoras y odontología explosiva

La medicina es la ciencia dedicada al estudio de la vida, la salud, las enfermedades y la muerte del ser humano y/o animales, e implica ejercer tal conocimiento técnico para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplicándolo a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Además, la medicina forma parte de las denominadas ciencias de la salud. Si bien los inicios de esta ciencia se remonta a hace unos 6.000 años, florecieron entre el Tigris y el Éufrates las primeras civilizaciones humanas; es hasta el día de hoy que ciertos raros casos o enfermedades siguen sorprendido a los científicos y médicos.
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Comenzaremos con uno de los más raros y particulares casos: los dientes que explotaban. Hace aproximadamente 200 años, un clérigo de Pennsylvania EE.UU padeció de un gran dolor de muelas. Fue así que hizo todo lo posible para poder aliviar el dolor aunque no obtuvo resultado alguno. No obstante, a la mañana siguiente, el hombre de repente sintió un estruendo agudo, como un disparo; lo que realmente sucedió fue que su diente se rompió en pedazos, dándole una sensación de alivio instantánea.
Lo extraño del caso es que la explosión del diente del clérigo fue el comienzo de una gran epidemia de dientes explosivos. Este era un hecho raro nunca antes visto; ¿Cuál podría haber sido la causa de estas explosiones irracionales? Los expertos científicos y médicos idearon varias teorías, que abarcaban desde cambios bruscos de temperatura hasta los productos químicos utilizados en los primeros empastes. Sin embargo, ninguna de estas razones fue lo suficientemente convincente, por lo que el caso de los dientes explosivos sigue sin resolverse.
Un misterios remedio o receta médica es el anca de paloma. Los médicos del siglo XIX eran innovadores pero ninguno como el alemán Karl Friedrich Canstatt. Friedrich fue un especialista en enfermedades infantiles; entre sus soluciones médicas a distintos problemas se encontraba la receta para tratar las convulsiones infantiles. Según el médico, "Si uno sostiene el anca de una paloma contra el ano del niño durante el ataque, el animal muere pronto y el ataque cesa con la misma rapidez".
Por muy extraño y raro que suene, el doctor Canstatt no fue el único médico que creía que funcionaba ya que el el director del Hospital Infantil de San Petersburgo, Dr. JF Weisse, también apoyaba esta idea. Así lo hizo cuando fue convocado para tratar a un niño que estaba gravemente enfermo, luego de no obtener éxito con los medicamentos convencionales. El doctor solicitó a los padres del niño que consiguieran una paloma. "Después de que el ave se aplicó al ano del niño", según el médico; "jadeó para respirar varias veces, cerró los ojos periódicamente, luego sus pies se contrajeron en un espasmo y finalmente vomitó". El niño raramente se recuperó de manera milagrosa, aunque las revistas médicas de Londres se burlaron de ello. No obstante, Weisse comenzó una nueva investigación: "Los experimentos con otras aves de corral son necesarios".