Una delicia: pollo frito con patatas y salsa de miel ¡en 4 pasos!
Un plato lleno del sabor agridulce por la combinación del pollo y la miel, una delicia para amalgamar. Toma nota y sigue todos los pasos.
El pollo es un ingrediente que nunca puede faltar en nuestra cocina. Ya sea en guiso, empanadas, frito o a la plancha, su sabor puede combinarse con ingredientes de cualquier origen. La receta de hoy es muy original y sencilla.
En este caso, proponemos combinar lo salado del pollo frito con una salsa suave y dulce de miel que hará explotar de sabor nuestra boca. Para los amantes de las aventuras, esta receta ofrece una variedad de sabores que no puedes dejar de probar.
Ingredientes:
- 6 patatas pequeñas
- 18 tutos o presas de alas de pollo
- Sal y pimienta para condimentar
- Fécula de maíz o maicena
- Aceite para freír (podemos combinar aceite de girasol y aceite de oliva)
Para la salsa:
- 100cc de aceite de oliva
- 5 dientes de ajo
- 50gr de miel de abejas
- 50cc de Vermoth o Pisco
- 30cc de salsa de soya
- Hierbas aromáticas como romero, tomillo, orégano
- 20gr de mantequilla con sal
- Caldo de pollo
Procedimiento:
Primero comenzamos lavando y secando bien las patatas, las colocamos a freír en aceite a fuego muy bajo para que se cocinen lentamente y su resultado sea una patata súper tierna.
Mientras continuamos preparando nuestros tutos de ala de pollo. Para que resulten mucho más prácticas a la hora de comer, lo que haremos es desprender del hueso, con ayuda de un cuchillo, toda la carne del pollo dejándola acumulada en la punta del ala y el hueso totalmente limpio, como si fuese un chupetín. Aprovechamos y limpiamos la grasa y piel que pueda sobrar.
Una vez listas todas las alas, condimentamos con pimienta y sal y maceramos amasando cuidadosamente para que los sabores se impregnen bien. Una vez condimentados, pasamos a rebozarlos bien en la fécula de maíz.
Freímos en un aceite precalentado a 180º hasta que la cobertura de las alitas esté bien dorada y crocante, cuidando que estén bien cubiertas de aceite para que la cocción sea pareja. Una vez alcancen el crocante que deseamos, las retiramos del aceite y las colocamos en una rejilla para que escurran el sobrante.
Retiramos las patatas del aceite cuando las pinchemos con un cuchillo y estén tiernas y continuamos con la salsa. Colocamos en un wok a fuego medio el aceite de oliva y los dientes de ajo y dejamos por dos minutos hasta que el aceite este bien caliente. Agregamos la miel y revolvemos con cuchara de madera hasta que se disuelva por completo, agregamos las hojas aromáticas, el vermoth, la salsa de soya y nuevamente agregamos las patatas a la salsa para que todo se impregne de este sabor. Finalmente agregamos la mantequilla hasta que este derretida.
Lista la salsa con las patatas, incorporamos las alitas dentro del wok y dejamos unos minutos para que todo se macere dentro. Servimos en una fuente y a disfrutar de un plato cargado de sabor.
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