Fácil y ligero: torta húmeda de banana ¡súper económica!

Su apariencia hace que sea un postre muy atractivo. El sabor dulce de la banana y su textura suave la convierten en una de las frutas favoritas de la repostería. Esta receta es ideal para esas bananas que nos van quedando en el frutero y que nadie quiere ya porque su corteza se ha puesto negra o están muy maduras.

De hecho, es la madurez de las bananas y su consistencia lo que le dará a esta torta ese toque húmedo y esponjoso que seguro te gustará. Es excelente para acompañar un café, un vaso de leche, o para el desayuno, pues ya lleva la ración de fruta necesaria para una dieta equilibrada en su interior.

Ingredientes:

• 3 bananas
• 125 gr de azúcar panela (3/4 de taza)
• 125 gr de manteca o mantequilla fundida (1/2 taza)
• 2 huevos 
• 60 ml de leche
• 250 gr de harina (1 taza y 3/4 de taza)
• 5 gr de bicarbonato de sodio
• 10 gr de levadura en polvo
• 1 pizca de sal
• 50 gr de chips de chocolate negro (1/3 de taza)
• 20 gr de azúcar glass para espolvorear

Procedimiento:

Para comenzar con esta torta de banana y chocolate, pela las bananas y trocéalas. Con un tenedor tritura las bananas. Precalienta el horno a 175 ºC.

Incorpora el azúcar morena o el azúcar de tu elección, la manteca fundida, los huevos y la leche. Mezcla todo bien.

En un bowl, mezcla la harina junto con el polvo de hornear, el bicarbonato y la pizca de sal. Tamiza todo encima de la mezcla de bananas, huevos, manteca y azúcar. Mezcla bien.

Incorpora los chips de chocolate negro y mezcla con una espátula.

Engrasa un molde de unos 20 cm de diámetro y vierte la masa en él. Hornea la torta húmeda de banana a 175 ºC con calor arriba y abajo durante 50 minutos o hasta que, al pinchar con un palillo, salga sin restos de masa. Si ves que se pone muy oscura la parte de arriba de la torta y aún no está lista, cubre con un papel de aluminio.

Deja enfriar por completo en una rejilla y una vez frío, espolvorea con azúcar glass tamizada.

Para que se conserve bien el bizcocho, envuelve en papel film. Si, dos días después, aún te queda bizcocho, mantenlo envuelto en papel film, pero dentro la nevera.

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